domingo, 29 de diciembre de 2013

Psicoanálisis estulto no apto para muggles, vol. V


(Para disculpar nuestra larga ausencia catártica, presentamos esta entrada de psicoanálisis con su introducción original, fechada a principios de noviembre…)

Queridos stultos, ya ha llegado noviembre. Noviembre, ese mes en que los polvorones –y demás elementos típicos navideños– ya empiezan a agolparse en los estantes de nuestros supermercados favoritos. Noviembre, ese mes que se digna a entrar en nuestras vidas cada año con un bonito día festivo que suele dar lugar a un precioso puente. Noviembre, ese mes en que todo hombre debería unirse a la iniciativa de Noshember (a. k. a. No-Shave-November) y dejar crecer su barba en libertad…

¿Y para cuándo una entrada catártica a favor de las barbas, eh?

¡Y qué mejor manera de celebrar la llegada de noviembre que publicando una nueva entrega del Psicoanálisis Estulto no apto para Muggles! Como era de esperar han vuelto a transcurrir más de 15 días desde que publicamos el último volumen de esta sección, pero a estas alturas de nada sirve disculparse, por dos razones:
1) Porque por mucho que nos disculpemos, estas demoras seguirán teniendo lugar. Y a menos que alguno de vosotros, valientes, se atreva a presentar una instancia en el registro de la facultad de Filosofía (que, curiosamente, no está en la facultad de Filosofía, ¡sino en nuestra facultad, la de Geografía e Historia!, aunque nosotros no tengamos registro específico para nuestra facultad) pidiendo una remodelación completa del plan Bolonia, la situación no tiene vistas a cambiar en un futuro próximo.  
2) Porque realmente no lo sentimos. ¿Qué pasa? ¡Somos unos vagos, y ya está!

Pero dejemos a un lado tanta charla banal y centrémonos en nuestro recién estrenado volumen 5 de esta sección. Y, como siempre, antes de entrar en materia (y por si algún lector despistado todavía no sabe qué es esto del psicoanálisis estulto), vamos a hacer un breve repaso de nuestras puntualizaciones de siempre:
1. Previamente a cada psicoanálisis reproducimos la lista de horrocruxes que nos haya mandado el sujeto de estudio, con explicaciones (si las hay) incluidas.
2. Al final de cada análisis se incluyen dos valoraciones, ambas puntuables sobre cinco: una de ellas mide el grado de trastorno psicológico del individuo (donde 1 = En sus cabales (¿?) / Gilderoy Lockhart; 2 = Ligeramente desviado pero inofensivo / Luna Lovegood; 3 = Integridad mental en riesgo / Sybill Trelawney; 4 = Necesita un psicólogo o dos / Alastor  Ojoloco Moody; 5 = Caso perdido y suscriptor de por vida a La Catarsis / Myrtle La Llorona), y otra indica sus probabilidades de éxito en caso de abrazar la vida de Malo Malísimo (donde 1 = No hay nada que temer / Argus Filch; 2 = Un “quiero y no puedo” / Draco Malfoy; 3 = Le falta un hervor pero puede liarla parda / Lord Voldemort; 4 = Peligro asegurado / Bellatrix Lestrange; 5 = No existe salvación posible / Dolores Umbridge).
3. Todos nuestros diagnósticos están avalados por la Universidad de Rotterdam y por el equipo médico del Doctor Doolittle.


Y ya sin más dilación démosle la bienvenida a nuestro primer caso de estudio del día, el Sujeto Número 9, en adelante Signorina Sanzio:
1. Un pendiente que llevo siempre (un colmillo). 
2. Una moneda. 
3. Libro Harry Potter y la Orden del Fénix. 
4. Un colgante (el medallón de Piratas del Caribe). 
5. Mi piano. 
6. Un peluche (con el que duermo, sí, y ha llegado a ser imprescindible. Es un perrito azul muy mono, blandito y suave). 
7. Una bota.



¿Es cosa nuestra o estos son los horrocruxes más inescrutables hasta la fecha? ¿Qué se supone que vamos a psicoanalizar aquí? ¡Si esto no hay por dónde cogerlo!

Pero no vamos a dejar que el pánico se apodere de nosotros. Empezaremos analizando los horrocruxes más concretos y dejaremos para el final los más problemáticos. Y luego, Ningirsu proveerá…

¿Qué es lo primero que nos llama la atención de estos horrocruxes? Las dos referencias claras a pilares del frikismo como son  Harry Potter y Piratas del Caribe. Lo de HP es digno de admirá, porque al fin y al cabo es gracias al mundo creado por la buena de J. K. Rowling que estamos escribiendo esta entrada. Pero, ¿y lo de Piratas del Caribe?

No cantes victoria, Jack Sparrow.

Si estos horrocruxes dataran del período comprendido entre los años 2003-2005 (cuando, oh maravilla, solo se había estrenado la primera entrega de Piratas del Caribe), la elección no tendría por qué levantar sospechas. Pero, admitámoslo, tras el estreno de las películas posteriores de la saga, Piratas del Caribe ha perdido mucho caché como franquicia. ¿Qué nos indica esto, en términos de psicoanálisis estulto? Que la Signorina Sanzio es LEAL y FIEL A SUS PRINCIPIOS.

[Modo “crítico cinéfilo furioso” ON]
Cualquier individuo que, después del estropicio que han montado Gore Verbinski y compañía (el  propio Johnny Depp tampoco está libre de culpa: ha ido transformando a su personaje en un Jack Sparrow barroco, lleno de excesos y amaneramientos forzados), siga tentado de usar algo relacionado con Piratas del Caribe como horrocrux se merece un monumento a la lealtad.
[Modo “crítico cinéfilo furioso” OFF]

Pese a todo, el medallón pirata al que hace referencia la Signorina Sanzio pertenece a la primera película de la saga, por lo que todavía tiene un pase. Aunque no debería dejar de escamarnos su relación (la del medallón) con la maldición pirata que afecta(ba) a los tripulantes de la Perla Negra.

¿Quién nos dice que la Signorina Sanzio no ha sido afectada por dicha maldición, y es por eso que atesora una de las 882 piezas de oro azteca con la intención de reunirlas todas y dejar de estar maldita? O, lo que es peor, ¿¡quién nos dice que la Signorina Sanzio no se maldijo de manera consciente, para ser inmortal!? ¿Alguno la habéis visto bajo la luz de la luna, para comprobar si se transforma en un esqueleto o no? ¡Ahá!

¿Es la Signorina Sanzio un ESQUELETO INMORTAL con habilidades piratas?

Ya, claro, ¡ni tú ni nadie!

De hecho, si atendemos a otro de los horrocruxes de la Signorina Sanzio, el piano, también podemos ponerlo en relación con todo este tema de las maldiciones. Y es que el villano de la segunda película de la saga, Davy Jones, ¡tocaba el órgano! (Pero si un órgano no es lo mismo que un pian-) Y, a grandes rasgos, un órgano y un piano vienen a ser primos por parte de madre.


¿Qué implicaría esto? Que la Signorina Sanzio, aparte de ser MÚSICO (y ya sabemos lo que eso conlleva, en base al ejemplo de Glen), también estaría sujeta a otro tipo de maldición más relacionada con el mundo de la marisquería. En cualquier caso, creemos que a estas alturas ya se puede afirmar sin miedo a equivocarse que la Signorina Sanzio está MALDITA, de un modo u otro. Y que eso le confiere poderes extraños y, sobre todo, una más que probable inmortalidad.

En fin, retomando el hilo principal de nuestro discurso, analicemos ahora lo referente al quinto libro de Harry Potter. ¿Por qué el quinto? ¿Hay algún tipo de simbología numérica oculta tras esta elección? ¿Tiene algo que ver el hecho de que Harry Potter y la Orden del Fénix sea el libro más largo de la saga? ¿Puede haber elegido la Signorina Sanzio este volumen por su potencial como arma arrojadiza?


Books! The best weapons in the world!

No, no os engañéis: la Signorina Sanzio ha elegido este libro con el único propósito de tocarme la fibra sensible (como ya lo hizo Mr. Dufresne tiempo ha con su mención a cierto cromo de Pokémon). ¡Crueldad intolerable! Como bien sabéis, [SPOILER] en el quinto libro de la saga el bueno de Sirius Black palma. ¡Sirius, que era mi personaje favorito de toda la vida de dios! [/SPOILER] Pese a todo, aunque la Signorina Sanzio haya ido a hacer daño con este horrocrux, después de lo del Profesor Oak una ya está curada de espanto.

(¿PERO DESDE CUÁNDO ESTE BLOG GIRA EN TORNO A TU PERSONA, PEDAZO DE EGOCÉNTRICA? ¿CREES QUE EL MUNDO ORBITA ALREDEDOR DE TU OMBLIGO O QUÉ?)



En cualquier caso, si la Signorina Sanzio pretendía demostrar su CRUELDAD con la elección de este horrocrux, se ha quedado un poco corta. Siempre podía haberse decantado por el séptimo libro, donde caen muchos más personajes. O, puestos a ello, podía haber elegido cualquier libro de la saga Canción de hielo y fuego. ¡No hay color! De modo que acusamos a la Signorina Sanzio de hacer gala de una CRUELDAD DE CHICHINABO.

Por otro lado, la mención al libro podría no tener nada que ver con las muertes que en él tienen lugar. Y es que, queridos stultos, hemos pasado olímpicamente del título del mismo, cuando quizá ahí esté la clave de la elección. No en vano, el título incluye la palabra “fénix”, e imagino que todos estaréis familiarizados con este ave mitológica y con sus características. ¿No veis la conexión con lo que hemos dicho hasta el momento? ¡El fénix es un pájaro INMORTAL! ¿No os da que pensar que haya varias referencias tan directas a la inmortalidad en dos horrocruxes en apariencia tan dispares? ¡A nosotros sí!

Hemos hecho llorar al fénix por haberle ignorado... ¡pero hombre, aprovechad que llora, arrimaos a él a ver si os cura el mordisco de basilisco ese que tenéis en la pantorrilla, que se os va a acabar infectando!

Y ahora vamos a entrar en materia de verdad: ¿qué diantres nos quieren decir el resto de horrocruxes de la Signorina Sanzio? Obviamente, y puesto que carecemos de explicaciones, vamos a irnos todo lo que queramos y un poco más por los cerros de Úbeda, dando rienda suelta a la imaginación tras encomendarnos a Sigmund Freud.

Lo de elegir un peluche es claro indicativo de que el sujeto todavía arrastra algún amargo TRAUMA INFANTIL (no en vano la Signorina Sanzio admite dormir con él). Pero eso no es todo: ¿no os parece extraño que se trate de un perro azul? No sé vosotros, pero yo he tenido algún que otro peluche perruno, y todos seguían un patrón de colores similar al de la realidad. Podríamos atender a la simbología cromática y decir que el color azul en principio se asociaba al sufrimiento, lo cual reforzaría nuestra teoría del trauma de la infancia; sin embargo, nos parece mucho más interesante considerar que este horrocrux tiene una relación directa con la serie Blue Dog del artista George Rodrigue.

Da mal rollo, no digáis que no.

Y es que nadie sabe si quien se esconde tras la identidad de la Signorina Sanzio no es el susodicho pintor… En cualquier caso, la elección del peluche es síntoma de una enfermiza OBSESIÓN. Enfermiza y sumamente inquietante, como poco, y más aún si la ilustramos con los cuadros de este artista.

Pero centrémonos ahora en los dos horrocruxes más misteriosos de la lista de la Signorina Sanzio, esto es, el pendiente/colmillo y la bota.

La bota nos ha sacado mucho de quicio: ¿por qué una bota? De hecho, ¿a qué tipo de bota se está refiriendo la Signorina Sanzio? Lo más lógico sería pensar que se refiere a un tipo de calzado, pero… a nosotros se nos ocurren tres posibilidades:
1. Bota como tipo de calzado: en efecto, siempre puede tratarse de un zapato. Una sutil referencia a una especie de modernización/ruralización del cuento de La Cenicienta que nos elevaría la figura de este nuestro Sujeto Número 9 a la de una princesa a la antigua usanza (o a la de una leñadora). ¿Nos lo creemos? ¡Claro que no, visto lo visto hasta ahora! Hipótesis descartada.
2. Bota como recipiente contenedor de bebida: de bebida alcohólica, para más inri. Esta posibilidad nos haría considerar a la Signorina Sanzio una ALCOHÓLICA EN POTENCIA, pero si queremos dar la hipótesis como válida habremos de encontrar alguna otra pista oculta en los horrocruxes que la corrobore. De momento, ahí queda.
3. Bota como metáfora cutre de Italia: lo cual, si tenemos en cuenta el pseudónimo que estamos manejando para referirnos a este sujeto, cuadra a las mil maravillas. Estaríamos, pues, hablando de una Signorina Sanzio ITALIANINI. Y lo resalto en mayúsculas, como síntoma, porque los italianos no nos hacen ni pizca de gracia (M. M. tiene la culpa): como bien nos enseña El Padrino, los italianos tienen madera de mafiosos. ¡Así que mucho cuidado con ellos!

En lo que al pendiente/colmillo se refiere, nos planteamos la siguiente duda: ¿de qué clase de colmillo se trata? Hemos descartado tres por resultar francamente incómodos de llevar colgados de la oreja: el colmillo de elefante, que hubiera podido emparentar al sujeto con la Familia Real Española, el colmillo de un dientes de sable, que podría habernos indicado que la Signorina Sanzio es o bien paleontóloga o bien ladrona profesional especializada en museos de Historia Natural, y el colmillo de morsa, que no sabemos muy bien qué hubiera implicado pero habría sido francamente gracioso.

En cualquier caso, nos quedan todavía varias opciones que considerar:
1. Que se trate de un colmillo humano: al fin y al cabo, la Signorina Sanzio bien podría ser DENTISTA. Y todos sabemos que los dentistas son enviados del mismísimo Satanás cuyo único objetivo es hacernos sufrir. De hecho, sabed que los sillones del dentista son los potros de tortura del siglo XXI. Si esta hipótesis fuera cierta, nuestro Sujeto Número 9 nos daría mucho miedo.
¿Para qué queremos dentistas, habiendo tiro con arco?
2. Que se trate de un colmillo de vampiro: antes los vampiros eran unos bichos que molaban bastante. Lamentablemente, a día de hoy y gracias a la intervención de gente como Stephanie Meyer, los vampiros son unos seres ciertamente ridículos. A poco que hoy se nos mencione el término “vampiro” se nos viene a la cabeza la imagen del desnatado Edward Cullen y se nos revuelve el estómago. Conclusión: si el colmillo fuera de vampiro, la Signorina Sanzio perdería todo nuestro respeto y la tacharíamos de ADOLESCENTE ÑOÑA.
¡Esto sí es un vampiro, y no lo que nos venden ahora!
3. Que se trate de un colmillo de tiburón: … ¿Spielberg? ¿Eres tú, Spielberg? ¿Quién si no se iba a colgar un pendiente de colmillo de tiburón de la oreja? ¿¡Quién!? ¿El creador de Sharknado? ¿Algún surfero australiano salido de una película americana de serie B de esas que emiten en Antena 3 a la hora de la siesta, llena de tópicos manidos?
Amén de que uno no sabría elegir con cuál quedarse de entre tanto diente...
4. Que se trate de un colmillo de jabalí: ¡aquí queríamos llegar! Lo del colmillo de jabalí nos remite a dos puntos clave: el primero, Astérix y Obélix. Quién mejor que esos dos irreductibles galos para hacer frente a un jabalí… Pero, ojo: son, como hemos dicho galos, y un par de párrafos más arriba establecíamos la procedencia de la Signorina Sanzio en la península itálica. ¡Algo falla! Por más que nos gustaría vincular a nuestro Sujeto Número 9 con la aldea gala más famosa del mundo del cómic, tenemos que remitirnos a nuestro segundo punto clave: Robert Baratheon.
Por si no lo sabéis, [SPOILER] Robert Baratheon, rey de los Siete Reinos de Poniente entre los años 283 AL y 298 AL, muere porque, estando de cacería en el Bosque Real más borracho que una cuba (o casi), es herido de gravedad por un jabalí. [/SPOILER] La relación con el colmillo, pues, está clara. ¡Pero ahí no queda la cosa! El lector avispado habrá notado una referencia al alcohol en estas líneas, y es que sí: el rey Robert gustaba de empinar el codo a menudo.
¿Y qué habíamos dicho con respecto al diagnóstico de ALCOHÓLICA unas líneas más arriba? Que no lo corroboraríamos a menos que encontráramos más evidencias. ¡Y las tenemos! Porque no solo podemos vincular el alcohol con la bota y el colmillo de jabalí (gracias a Robert Baratheon), sino que… ¿recordáis cuál era la mayor pasión del ya mencionado Jack Sparrow? ¿Las mujeres? No. ¿El dinero? ¡No!
¡El ron!
Aprovechamos para dejaros aquí una perla de Internet surgida a partir de este diálogo de la película, que sigue la estela de otros grandes éxitos como They're taking the hobbits to Isengard! o This is Sparta!: ¡el remix de Why is the rum gone?!

Y ya solo nos queda por analizar un horrocrux: la moneda. Nuevamente se nos viene a la cabeza la pregunta: ¿qué moneda? Pero las posibilidades son infinitas, y como ya nos estamos extendiendo mucho en el psicoanálisis de la Signorina Sanzio, no podemos permitirnos el lujo de analizarlas una por una. Planteémonos, en su lugar, otra pregunta: ¿en qué pretende gastar esa moneda? ¿O acaso su intención es no gastarla nunca? Amigos, esto nos conduce a un diagnóstico alarmante: la Signorina Sanzio es una AHORRADORA.


Matías Prats está orgulloso de la Signorina Sanzio.

Ignoramos si tendrá o no cuenta en el ING (In)Direct, pero la cuestión es que su vinculación con el ahorro nos hace pensar que nuestro Sujeto Número 9 es CALCULADOR, PREVISOR y RESISTENTE A LA TENTACIÓN. Ahí es nada.

A estas alturas, y visto lo visto, suponemos que no os pillará muy de sorpresa el hecho de que elijamos al Capitán Héctor Barbossa como alter ego maligno de la Signorina Sanzio. Al fin y al cabo, el dinero y el alcohol siempre son preocupaciones esenciales de un buen pirata, además de que Barbossa ha probado ya en varias ocasiones ser inmortal (y una duda de si sigue o no maldito), ha demostrado ser fiel a sus principios (aunque su lealtad a uno u otro bando nunca esté muy clara), es un villano cruel de chichinabo (no en vano solo podemos considerarlo villano en La maldición de la Perla Negra, luego se fue confirmando su condición de buenazo a lo largo de las películas), y su apellido puede remitirnos muy lejanamente al mundo de la bella Italia. Y aunque no lo hiciera, está metido dentro de la mafia de la Hermandad pirata… así que nos vale.


Adjuntamos GIF frutafílico donde los haya porque va muy acorde con el blog.


CONCLUSIÓN: una vez analizados los horrocruxes de la Signorina Sanzio, en lo que a grado de trastorno psicológico vamos a darle un…


4 = NECESITA UN PSICÓLOGO O DOS


Ya solo la adicción a la bebida necesita de tratamiento psicológico severo. Además, ese trauma de la infancia que obliga a la Signorina Sanzio a dormir con peluches a su edad también es digno de ser estudiado. Pero lo que de verdad nos preocupa es ese fanatismo incondicional hacia Piratas del Caribe: eso sí que se merece una temporada en el psiquiátrico, para aclarar las ideas. Nos da miedo preguntarle si considera la cuarta película, En mareas misteriosas, parte de la saga: en caso de ser afirmativa la respuesta, nos temeríamos lo peor. En cualquier caso, aconsejamos poner en cuarentena el pack de la tetralogía de Piratas del Caribe y evitar leer cualquier noticia referente a la quinta película, a ver si así la cosa mejora.


Y en lo que a probabilidades de éxito en caso de abrazar la vida de Malo Malísimo se refiere, la Signorina Sanzio se merece un…


2 = UN “QUIERO Y NO PUEDO”


Si todavía hubiera elegido el séptimo libro de la saga de Harry Potter, nos habríamos pensado subirla de categoría en cuanto a Malo Malísimo. Pero no nos engañemos: la Signorina Sanzio no llegaría muy lejos en caso de abrazar una vida de maldad y delito. De momento se queda dentro de ese batiburrillo de malos frustrados con buen corazón, tipo Dr. Doofenshmirtz. ¡Ni siquiera lo de la inmortalidad y las maldiciones debe preocuparnos en demasía!  Por ahora la Signorina Sanzio está lejos de ser siquiera una pequeña amenaza para el bien de la Humanidad, os lo dice La Catarsis.


INTERMISSION

Os aconsejamos guardar en “Favoritos” o “Marcadores” esta página y volver dentro de un par de días a leer el psicoanálisis de nuestro segundo sujeto de estudio del día. Los largos períodos sin publicar en el blog es lo que tienen: ¡luego venimos con ganas de poner por escrito la Biblia en verso!


No obstante, y sin más dilación (¡sois unos valientes!), damos paso al psicoanálisis estulto de los horrocruxes del Sujeto Número 10, en adelante, Abad Suger:
1. Jordi Hurtado, porque es inmortal. 
2. El banco nº3 de la capilla de la facultad. 
3. Los apuntes de Arte de la Baja Edad Media. 
4. El tercer tirabuzón empezando por la derecha de la cabeza de Iris(h). 
5. El ojo loco de Checa. 
6. Mis calzoncillos de raso de leopardo. 
7. La uña meñique de Luis Mora (y, por si es demasiado fuerte este último, la Virgen que me está haciendo Ana Cuesta).



Una primera lectura de la lista es suficiente para lanzar la siguiente advertencia: ¡ojo, que estos horrocruxes se las traen!

Ya el primero de ellos nos anuncia que nuestro Abad Suger en un hueso duro de roer: su primer horrocrux no es otro que el mismísimo Jordi Hurtado. Si ya consideramos en su día habilísima la estrategia de Mr. Dufresne, que delegó la elección de su séptimo horrocrux en la figura del afamado presentador de Saber y ganar, el Abad Suger va un paso más allá y elige al propio Hurtado.


Huelga decir que elegir convertir a un ser inmortal en horrocrux es un movimiento inteligentísimo. Aunque todavía está por ver si Jordi Hurtado es inmortal a todos los efectos, o si es biológicamente inmortal pero no invulnerable. Me explico:
  • ¿Moriría Jordi Hurtado por causa de una enfermedad? No.
  • ¿Moriría Jordi Hurtado por causas naturales? No.
  • ¿Moriría Jordi Hurtado de un hachazo en la cabeza? Si no es invulnerable, entonces sí.
Claro que los márgenes que abarca la expresión “causas naturales” son ciertamente difusos, más aún dentro de la facultad de Geografía e Historia de la UCM:
«Murió de un hachazo en la cabeza. Por lo tanto murió de forma natural, porque después de un hachazo en la cabeza, lo natural es que te mueras.»
J. J. Urruela Quesada
En cualquier caso, la probabilidad de que Jordi Hurtado sea inmortal de verdad es francamente alta. De modo que, para empezar, el Abad Suger ya cuenta con un horrocrux indestructible. ¿Qué nos dice esto? Pues aparte del hecho de que el Sujeto Número 10 es, a juego con este su primer horrocrux y gracias a él, INMORTAL e INDESTRUCTIBLE, también es dueño de una INTELIGENCIA SUPERIOR.

Ya he leído suficiente. Me voy, que se me hace tarde.

Siguiendo el orden de la lista, vamos ahora a analizar el segundo horrocrux: el banco nº 3 de la capilla de la facultad. ¿De qué facultad estamos hablando? ¿De qué universidad? ¿Y cuál es el tercer banco: el tercero empezando a contar desde delante, desde atrás…? Aquí el Abad Suger nos lo ha puesto difícil: a una elección en apariencia inocente y sencilla se suman toda una serie de problemas de ubicación que nos impiden localizar el banco en cuestión.


No obstante, y vista la polémica que existe en torno a las capillas que hay diseminadas por las distintas facultades universitarias, este horrocrux nos parece un error. ¿Quién le dice al Abad Suger que no cerrarán las capillas en breves, usando la madera de los bancos para alimentar las calderas de las facultades y arreglar, así, los problemas de climatización de las aulas?

En cualquier caso, y dejando de lado la metedura de pata del Abad, la elección del banco deja ver que nuestro sujeto de estudio es un hombre PROFUNDAMENTE RELIGIOSO. O PROFUNDAMENTE POLÉMICO, visto lo visto. O PROFUNDAMENTE IRREVERENTE, porque también puede darse el caso de que el Abad Suger haya elegido este horrocrux simplemente para hacer la gracia. ¿Quién sabe?


Antes de pasar al análisis del siguiente horrocrux, nos parece importante resaltar el hecho de que el banco elegido es el tercero. Atendiendo a la simbología numérica, tal y como hicimos cuando analizamos los horrocruxes de Glen, el 3 es el número de la divinidad por excelencia. La vinculación de este número con el banco de una capilla no hace sino reforzar su aspecto simbólico y divino. Pero la cosa no acaba aquí: un poco más abajo en la lista de horrocruxes nos encontramos con que Suger elige el tercer tirabuzón de Iris(h). ¡Demasiados treses como para tratarse de una coincidencia!

Y para no cambiar de horrocrux, sigamos con el tirabuzón: no sabemos quién será esa tal Iris(h), pero semejante nombre no puede augurar nada bueno. Por otra parte, ¿qué ocurriría si a la tal Iris(h) se le ocurriera cortarse el pelo? O, lo que es peor, ¿y si se lo alisara? ¿Un tirabuzón que pierde su calidad de tirabuzón sigue siendo contenedor del horrocrux que se le adjudicó en su forma original?

Foto de archivo.
Este horrocrux es claro síntoma de un inquietante FETICHISMO. Por otra parte, también puede ser una aplastante demostración de HUMILDAD, ya que la referencia a los tirabuzones de la tal Iris(h) bien podría ser una alusión velada a la melena de un gran humanista, Alberto Durero.


¿Qué de dónde nos hemos sacado esta hipótesis? Pues bien, obra en poder de un miembro de La Catarsis un documento fechado a finales del siglo XV de valor incalculable: una misiva, de la que no se ha tenido noticia antes, redactada por el mismísimo Durero y dirigida a su amigo del alma, Willibald Pirckheimer.

En dicha carta, el pintor dice lo siguiente:
«Sé de buena tinta, mi querido Willy, que será por mi obra pictórica por lo que se me recuerde en el futuro. Pero a veces me paro a meditar sobre las proféticas palabras que pronunció Erasmo de Rotterdam cuando vino a visitarme (y te ruego, Willy, que no vuelvas a poner el grito en el cielo ante la mención de dicho nombre; sabes de buena tinta que mi relación estrictamente profesional con Erasmo quedó truncada después de presentarle el retrato que había hecho para él, que no le satisfizo en absoluto): “Durero, tus rizos son algo sobrenatural. Tu melena no pertenece a este mundo. Habrá de pasar mucho tiempo hasta que los hombres sepan apreciar esta obra maestra de la naturaleza de la que eres dueño. Ven, trae acá, déjame que te cepille el pelo un instante”.
De sobra sabes que tengo en alta estima la clarividencia de Erasmo, y confiando en su visión he decidido perpetuar mi linaje –aunque me aseguraré de que este hecho no conste en ninguna crónica sobre mi persona– con la vaga esperanza de que, en el futuro, mis tirabuzones tengan su lugar dentro de la sociedad y gocen, a su debido tiempo,  de esa admiración entre los hombres que Erasmo ha profetizado. Y, quién sabe, quizá dentro de muchas generaciones alguna mente lúcida descubra, casi por casualidad, una conexión, un paralelismo, y decida rastrear los orígenes de esa melena legendaria para acabar topándose conmigo.»
¿Puede ser nuestro Abad Suger esa “mente lúcida” a la que hacía referencia Durero en su epístola? En La Catarsis así lo creemos, y por tanto consideramos que la elección de este horrocrux es, como decíamos anteriormente, una DEMOSTRACIÓN DE HUMILDAD por parte de Suger que, pudiendo haberse referido directamente a los tirabuzones de Durero, prefirió remitirse a los de la tal Iris(h), a quien nuestras fuentes identifican como descendiente lejana (muy lejana, de hecho se rumorea que los únicos genes que comparte con Durero son los relativos al cabello) del pintor.

MIND = BLOWN

Pero sigamos adelante: ¿qué hay de esos apuntes de Arte de la Baja Edad Media (para los de la LOGSE: simplificando mucho, lo que viene a ser el Gótico)? Lo único que se puede sacar en claro de este horrocrux es que el Abad Suger es un MEDIEVALISTA. Para no dar pie a un debate monumental en La Catarsis que podría acabar en desastre, me ahorraré mi opinión acerca de los medievalistas que he conocido hasta la fecha, y que me hacen desconfiar de todo aquel que se dedique a este oscuro período de la historia de la humanidad.

Por otra parte, los medievalistas hacen cosas como estas…

El tapiz de Bayeux puede dar mucho de sí en manos de un medievalista con conocimientos básicos de Potochop...

… y hay que quererles. Pero eso ya es harina de otro costal. El caso es que pensándolo bien, alguien que atesore una parte de su alma en los apuntes de una asignatura de la universidad NO ES DE FIAR. Aunque, en su defensa, diremos que el hecho de que se haya decantado por los de Baja Edad Media, con lo que eso supone a nivel de catedrales góticas (otro subgénero importantísimo del porno arquitectónico, junto con el prerrománico asturiano), deja ver que el Abad Suger tiene MUY BUEN GUSTO, al menos en materia de arte.


Para muestra un botón: el interior de la catedral de Colonia en Alemania.
Belleza arquitectónica en estado puro.

Sin embargo, y ya que hablamos del tema, otro de los horrocruxes de la lista del Abad Suger parece que desmiente la afirmación de que el sujeto tiene buen gusto (de ahí que antes añadiéramos lo de “al menos en materia de arte”): los calzoncillos de raso de leopardo. Esta elección nos emparenta de manera directa al Abad Suger con ese rey del estampado hortera que demostró ser Indiana, de manera que a nuestro Sujeto Número 10 también podemos tacharlo de hortera.  Y no de cualquier tipo de hortera, sino de HORTERA REDOMADO: ¿calzoncillos de leopardo? ¿Y de raso, para más inri? ¡Deberían estar prohibidos!

Y al hilo de todo esto, lo de los calzoncillos de leopardo pone en entredicho (¡y hasta qué punto!)  la HOMBRÍA / MASCULINIDAD / llamadlo como queráis del portador.

Os dejo con lo más light que he encontrado en relación con los términos "ropa interior", "leopardo", "raso" y "hombre" en Google Imágenes. El resto de resultados me han causado un trauma.

Retomemos ahora un diagnóstico que ya habíamos mencionado con anterioridad: el FETICHISMO. La primera alusión que hemos hecho a este trastorno ha sido en relación al tirabuzón de Iris(h), pero esto se nos antoja incluso más radical: la uña meñique de un tal Luis Mora. Ojo, la uña meñique. Fiel a sus principios, por supuesto, y con la intención de ponernos las cosas difíciles (como ya lo hizo con el banco de la capilla), no especifica si se trata del meñique izquierdo o derecho, o si se refiere a los dedos de las manos o de los pies.

Y nosotros tampoco es que vayamos a tratar de averiguarlo, porque lo que son las uñas nos dan cierto repelús. Más aún si cabe la posibilidad de que pertenezcan a un pie humano. ¡Pero por Zeus, si el mismo Abad Suger considera que este horrocrux puede resultar “muy fuerte”! Si algo está claro es que Suger TIENE ESTÓMAGO suficiente como para soportar estas cosas. Aunque cualquiera que tenga el mismo estómago que él y se arme con un cortaúñas podría dañar gravemente este horrocrux…

¡El arma definitiva!

Resulta curioso ver cómo el reemplazo de este último horrocrux no tiene nada que ver con uñas ni demás partes desagradables del cuerpo humano: de nuevo retomamos el tema de la religión y nos encontramos con la Virgen que está haciendo una tal Ana Cuesta. Nuestras fuentes nos confirman que, mal que nos pese, el Abad Suger no se refiere a una talla de madera sino a esta imagen:

ROGER VAN DER WEYDEN, La Virgen con el Niño. 1435-38.
Museo Nacional del Prado.

En cualquier caso, la elección de este horrocrux vuelve a ser un verdadero ALARDE DE HUMILDAD por parte de nuestro sujeto de estudio, a la par que deja traslucir cierto SENTIMENTALISMO. Nos explicamos: sin afán de poner en duda el caché artístico de la tal Ana Cuesta, pudiendo elegir la obra original de un pintor como Roger van der Weyden, ¿quién se quedaría con una mera imitación? ¡Nadie, a menos que exista un vínculo especial entre el comitente y aquel que pinta la copia! Y ya que hablamos de comitente, debemos de deducir de este horrocrux que el Abad Suger es un sujeto ADINERADO, ya que tiene toda la pinta de ser un verdadero mecenas artístico.

Tweet mítico donde los haya. Además, ¡mirad quiénes están ahí, entre los retuiteadores!

Y hemos dejado el mejor horrocrux para el final: el ojo loco de Checa. Como muchos de los lectores del blog no entenderéis a qué se refiere el Abad Suger con esto, para ilustraros hemos creado la siguiente imagen:


Probablemente sigáis sin entenderlo. Es normal, no os preocupéis.

Terrorífico, ¿verdad? Fuera de lo que pueda o no significar este horrocrux, necesitamos mencionar la alusión más o menos directa a dos personajes: Alastor Ojoloco Moody y Sauron.
1. Alastor Ojoloco Moody: mago escocés salido del universo de Harry Potter, conocido por ser el auror más poderoso de todos los tiempos. Tras perder un ojo, parte de la nariz y una pierna en la lucha contra las Artes Oscuras, se le fue un poco la pinza y se volvió ligeramente paranoico en lo concerniente a su seguridad.
En cuanto a su ojo, que es lo que nos relaciona a este personaje con el horrocrux que estamos tratando, se trata de un ojo prostético de cristal, de un color azul eléctrico, que se mueve por sí solo y con independencia del otro ojo (el sano), y que tiene la capacidad de ver a través de objetos, capas de invisibilidad e incluso la propia cabeza del portador. En caso de que el mencionado ojo loco de Checa comparta alguna de estas características con el de Moody, y teniendo en cuenta que el ojo es un objeto mágico independiente (esto es, que no pierde sus propiedades al ser separado de su dueño… y si no, que se lo digan a Dolores Umbridge), desconocemos qué intenciones alberga el Abad Suger con respecto a este ítem. En cualquier caso, deberíamos asumir que el Abad Suger tiene CONOCIMIENTOS MÁGICOS, al menos de nivel medio-bajo.
2. Sauron: es el más poderoso de los servidores de Melkor. Probablemente su apodo más conocido sea el de “Señor Oscuro de Mordor”, y es un personaje que forma parte del Legendarium de J. R. R. Tolkien (para los de la LOGSE: Sauron es el malo malísimo de las películas de El Señor de los Anillos).
En lo que respecta al famoso Ojo de Sauron, no se trata sino de una de las tantas formas que toma este personaje a lo largo de su historia. Tras haber sido despojado del Anillo Único por Isildur, Sauron desapareció durante un tiempo, pero hacia el año 1000 de la Tercera Edad su espíritu se manifestó en forma de un enorme ojo sin párpado. La apariencia de dicho ojo se describe en La Comunidad del Anillo, cuando Frodo mira el Espejo de Galadriel:
El Ojo estaba rodeado de fuego, pero él mismo era vidrioso, amarillo como el ojo de un gato, vigilante y fijo, y la hendidura negra de la pupila se abría sobre un pozo, una ventana a la nada.”
Básicamente es el ojo que todo lo ve. Ya sea símbolo o manifestación directa de Sauron, el caso es que es un poder maligno donde los haya. ¿Tiene el Abad Suger algo que ver con PODERES OSCUROS? Afortunadamente, no vemos mención alguna a anillos en sus horrocruxes… parece que podemos estar tranquilos a este respecto.

Si recapitulamos todo de lo que hemos venido hablando hasta el momento, vemos dos tendencias marcadas en los horrocruxes del Abad Suger:
1. La primera es la relación con la Iglesia: como veíamos un poco más arriba, tanto el banco de la capilla como la mención a la Virgen de Ana Cuesta, así como la aparición recurrente del número tres y el recurso a los apuntes de Arte de la Baja Edad Media (teniendo en cuenta la superabundancia de obras de este período relacionadas con el mundo religioso), no hacen sino reforzar nuestro diagnóstico: el Abad Suger es una persona RELIGIOSA. De hecho, si volvemos sobre el tema del ojo que todo lo ve, podemos trazar fácilmente una conexión con dos símbolos religiosos: el Ojo de Horus y el Ojo de la providencia, imagen esta última que se relaciona directamente con Dios y con la Trinidad, así como con simpatiquísimas sociedades como la masónica.
¿Estamos insinuando con esto que el Abad Suger puede ser un MASÓN? ¡No se sabe! ¡Pero desde luego sospechoso es un rato!
¡ESTE ES UN TRABAJO PARA ROBERT LANGDON!
(Si algún día Dan Brown visita este blog, seguro que le servimos de
inspiración para escribir por lo menos cinco nuevas novelas.)
2. La segunda es la relación con Hannibal Lecter: no es que estemos insinuando que el Abad Suger sea un CANÍBAL, no, pero… ¿y si sí? No deja de ponernos los pelos de punta el  hecho de que tres de siete horrocruxes se refieran a partes del cuerpo humano: un ojo, un tirabuzón, una uña… Quizá una alusión más directa a un moflete, o a un hígado acompañado de habas y un buen Chianti hubiera sido prueba irrefutable de esta posible desviación antropófaga de nuestro sujeto de estudio. En cualquier caso, ¿quién nos dice que la elección de Jordi Hurtado no esté motivada por el deseo de zamparse al mítico presentador con patatuelas? Tal vez lo de la inmortalidad sea solo una excusa… ¡que hay mucho rarito suelto por el mundo!

No hace falta comerse mucho la cabeza para dar con el alter ego perfecto del Abad Suger: el mismísimo Jesucristo. Vale, sí, a lo mejor no se trata de un alter ego maligno como tal, ¡pero no podéis decirnos que no cuadra!


Para seguir la tradición, os dejamos con un Jesucristo "cinematográfico"... ¡Christoph Waltz en Djesus Uncrossed! Aunque también podíamos haber cogido al Willem Dafoe de La última tentación de Cristo, al Jim Caviezel de La Pasión de Cristo, al Ted Neeley de Jesucristo Superstar (excomunión de la Iglesia Palmariana mediante), o incluso al [HOTNESS ALERT!] Tim Minchin de Californication.
1. Es un ser inmortal.
2. Es un ser de inteligencia superior (aceptamos pulpo como animal de compañía).
3. Es hortera: como prueba irrefutable de este hecho aportamos la imagen de la Majestad de Batlló.
4. Es fetichista (hay quien asegura que la Magdalena y él se turnaban para cepillarse el pelo el uno al otro, así, como dato). 
5. Tiene estómago: si no, a ver de qué habría aguantado tanta tortura tan estoicamente. Mención aparte al episodio de la duda de Santo Tomás, cumbre del repeluco (ilustramos el pasaje con La incredulidad de SantoTomás de Caravaggio).
6. Es un personaje adinerado: esta no se aplica, pero si tenemos en cuenta todas las obras de arte comisionadas por la Iglesia a lo largo de la historia y sacamos un poco de contexto la cosa, podemos hacer la vista gorda. 
7. Es humilde. 
8. Puede tener poderes mágicos:
Hombre, digo yo, ¿no?
(Inciso: el GIF pertenece al épico corto titulado
Fist of Jesus.)
9. Es religioso: malo sería que no lo fuera.
10. Es un caníbal: Jesús no sé, pero los apóstoles, comiendo “carne de la carne” tienen toda la pinta de serlo.


CONCLUSIÓN: tras el análisis de los horrocruxes del Abad Suger, en lo que a grado de trastorno psicológico vamos a darle un…


5 = CASO PERDIDO Y SUSCRIPTOR DE POR VIDA A LA CATARSIS


No, ahora en serio: los calzoncillos de leopardo ya le habían asegurado un nivel 4 de trastorno psicológico, pero lo de la uña meñique ha sido la gota que ha colmado el vaso. Si a eso le añadimos la preocupante presencia constante y machacona del elemento religioso podemos afirmar que el Abad Suger es un individuo con serios problemas mentales. De hecho síntomas claros de su trastorno serían, por ejemplo, que poseyera una copia del Gradual Romano, que el canto gregoriano formara parte del repertorio musical de su teléfono móvil, o que gustara de canturrear el Puert natus est nobis en su vida diaria. Auguramos un mal fin para nuestro Sujeto Número 10, y le recomendamos encarecidamente que vaya reservando una suite de lujo en alguno de los psiquiátricos de Ciempozuelos. ¡Bienvenido al mundo de la locura, Abad Suger!


Por otro lado, en  lo que a probabilidades de éxito en caso de abrazar la vida de Malo Malísimo se refiere, el Abad Suger se ha ganado un…


3 = LE FALTA UN HERVOR PERO PUEDE LIARLA PARDA


El Abad Suger lo tiene todo para convertirse en un genio maligno pero, de momento, no parece que esto entre dentro de sus objetivos a corto plazo. No obstante aconsejamos cautela en esta historia: dado su nivel de trastorno psicológico, cualquier agente externo, por insignificante que sea, puede ser el detonante del caos en la mente de Suger y convertirlo en una amenaza muy a tener en cuenta. Recomendamos, a fin de evitar esta circunstancia, que el Sujeto se mantenga alejado de vídeos como éste, así como de La Catarsis Erasmista, en la medida de lo posible. Bajo ningún concepto, repito, BAJO NINGÚN CONCEPTO un individuo con un estado de salud mental tan delicado debería colaborar en un blog como este.




Y, queridos stultos, tras veinte páginas de Word a Times New Roman 12 con interlineado 1’5 (que convierten esta entrega de psicoanálisis en la más extensa hasta la fecha, ¡y ya es decir!) va siendo hora de cortar el rollo. Os avisamos, de paso, de que ignoramos cuándo podremos publicar el volumen 6 del Psicoanálisis Estulto no apto para Muggles, ya que se aproximan los exámenes y, mal que nos pese, no sabemos si nos va a dar tiempo a compaginar nuestros devaneos freudianos con el (in)noble arte de hincar codos. ¡Paciencia!

No obstante, y para despedir esta entrada con buen sabor de boca, desde La Catarsis Erasmista os deseamos un…

¡FELIZ AÑO 2014!

Quiera Erasmo que este nuevo año venga cargado de stulticia hasta los topes. En La Catarsis nos marcamos como propósito para el 2014 superar nuestro récord de 14 entradas por año y, por supuesto, seguir entreteniéndoos y siendo la causa nº 1 (nº 2, siendo realistas: probablemente Tumblr nos haya robado el podio) de que perdáis dioptrías frente a la pantalla de vuestros ordenadores.

¡A pastar, humanistas! ¡Y a comer mucho mazapán a nuestra salud!



Y recordad:

A todos nos gustaría pasar alguna Navidad en Hogwarts, ¿a que sí? Happy Christmas, Ron!


Humanistas a la conquista de Facebook