(Nota introductoria de 1215:
Soy consciente de que la credibilidad de la que gozamos en La Catarsis Erasmista es nula, y sé que nos lo hemos ganado a pulso. Mentimos más que hablamos y se nos va la fuerza por la boca. ¡Algún defecto teníamos que tener!
Sin embargo, cuando hace tiempo avisamos de que estábamos abiertos a colaboraciones no bromeábamos. Creo recordar que incluso os dejamos por estos lares nuestra cuenta de correo (lacatarsiserasmista@gmail.com), por si os apetecía animaros a aportar alguna idea o entrada stulta al blog.
Me llena de orgullo y satisfacción presentaros la primera colaboración externa en La Catarsis Erasmista, que no sólo supone un hito por el hecho de que alguien en su (¿)sano(?) juicio se haya decidido a escribir aquí, sino porque ha servido para que me den un ascenso (lamentablemente no remunerado) y ahora, aparte de miembro fundadora, sea la Editora Nazi del blog (¡por algo me nominaron al EMC al Mayor Nazismo este año!).
Soy consciente de que la credibilidad de la que gozamos en La Catarsis Erasmista es nula, y sé que nos lo hemos ganado a pulso. Mentimos más que hablamos y se nos va la fuerza por la boca. ¡Algún defecto teníamos que tener!
Sin embargo, cuando hace tiempo avisamos de que estábamos abiertos a colaboraciones no bromeábamos. Creo recordar que incluso os dejamos por estos lares nuestra cuenta de correo (lacatarsiserasmista@gmail.com), por si os apetecía animaros a aportar alguna idea o entrada stulta al blog.
Me llena de orgullo y satisfacción presentaros la primera colaboración externa en La Catarsis Erasmista, que no sólo supone un hito por el hecho de que alguien en su (¿)sano(?) juicio se haya decidido a escribir aquí, sino porque ha servido para que me den un ascenso (lamentablemente no remunerado) y ahora, aparte de miembro fundadora, sea la Editora Nazi del blog (¡por algo me nominaron al EMC al Mayor Nazismo este año!).
Me he hecho una tarjeta de visita y todo. |
Como podéis
observar, a la derecha de vuestras pantallas y justo debajo del cuadro de la Republica Litterae del blog hay a partir
de hoy un nuevo apartado titulado Barbari Collegae donde tendréis
cabida todos los que os decidáis a colaborar en La Catarsis.
¡El ganchillo y el melón murieron ayer!
PD: Como la aportación versa sobre cine, y el redactor de la misma manifestó su preferencia por el título Cinema Cocoliso en lugar del que finalmente elegí para nuestra sección cinéfila del blog, La claqueta metálica, he decidido darle uso a la cabecera que creé y usarla, de aquí en adelante, para las colaboraciones del redactor en cuestión.)
¡El ganchillo y el melón murieron ayer!
PD: Como la aportación versa sobre cine, y el redactor de la misma manifestó su preferencia por el título Cinema Cocoliso en lugar del que finalmente elegí para nuestra sección cinéfila del blog, La claqueta metálica, he decidido darle uso a la cabecera que creé y usarla, de aquí en adelante, para las colaboraciones del redactor en cuestión.)
Hola
a todos, queridos stultos. Tengo el
placer de enseñaros una entrada que por primera vez no está escrita por ninguno
de los responsables de este blog. No, está escrita por mí. ¿Y quién es “Mi”? Os
preguntareis, pues “Mi” es “Yo”, es decir Laesse
James, más conocido como Sergio
Sánchez. ¿Y quién es Sergio Sánchez y cómo osa publicar una entrada en los
dominios de Erasmo de Rotterdam? Pues simplemente… porque me han dejado.
Además, supongo que también habrá influido el hecho de que participo
habitualmente en otro blog: Manzanas Azules. Y no voy hablar más, que me echan por hacer spam.
Como
ya os he dicho, mi nombre es Sergio Sánchez. Soy fotógrafo y artista
incomprendido (es decir, malo), y también actor y director de cortos (entrad en
Manzanas Azules, en serio). Hoy vengo
hablaros de algo muy importante en nuestra sociedad: de los pájaros.
— ¿Cómo
que de los pájaros? ¿No es de superhéroes? ¿A qué viene ese título entonces?
Oh, lo siento, me he equivocado de
frase.
Si, voy hablaros de los superhéroes, de
los cómics y del cine, del cine y de los cómics, de cinecomics, de robots que ven cine y comen cómics.
El otro día me encontré a mí mismo
leyendo Batman: The Long Halloween (El
Largo Halloween) de Jeph Loeb y Tim Sale. Y cuando digo “Me encontré a mí
mismo” hablo en serio: me encontré con mi doppelgänger
tumbado en MI cama leyendo MI cómic.
En fin, el caso es que después de una
insólita y descacharrante pelea en la que hubo lloros, insultos, puñetazos por
doquier y hasta alguna que otra amputación de dedos, llegamos a la conclusión
de que era un idiota… bueno, eso es otra historia: llegamos a la conclusión de
que ahora están de moda los superhéroes.
No me había dado cuenta de ello hasta
ahora. Ni siquiera cuando, hace poco, vi los planes de Marvel de sacar películas hasta… ¡2019! Pero mi querido
Otro Yo me dio a entender que, dentro del cine, los superhéroes empiezan a ser
los protagonistas principales.
Mi otro yo es un tipo con carácter y
mala hostia: ya puede venir Will Smith con traje de fallera, rapeando el openning de The Fresh Prince of Bel-Air (El
príncipe de Bel-Air) en castellano, mientras sostiene con una mano una
bandeja con el Oscar que todavía no le han dado a Gary Oldman y con el que (NO)
le (DEBIERON) dieron (DAR) a Nicolas Cage, al tiempo que conduce un
mini-triciclo… (pausa para respirar)… que mi otro yo al verlo acercarse le
escupiría de tal manera que Smith olvidaría de golpe el guión de Wild Wild West (y, de paso, Kevin Kline
y Kenneth Branagh también lo harían).
Hablando de Kenneth Branagh os aviso de que, aunque no voy a meterme con él (sé
a ciencia cierta que cuenta con muchos admiradores en los terrenos de Erasmo de
Rotterdam, y me incluyo), no puedo pasar por alto, entrando en el terreno
cinematográfico de superhéroes, lo curioso que resulta que un tipo como él, con
películas (peliculones) como Hamlet, Henry V (Enrique V) o Peter’s Friends
(Los amigos de Peter), se ponga a
dirigir… Thor. Antes de seguir admito
que Thor me gusta; de hecho, me gusta
más la primera película que la segunda (que no está dirigida por Kenneth
Branagh), estrenada hace ya bastante.
Pero… Ken, ¿puedo llamarte Ken? Ken…
¿por qué? ¿POR QUÉ?
¿Dónde está tu Macbeth? ¿Y tu King Lear (El Rey Lear)? ¿Richard III (Ricardo III)?
Vale, vale, quizá es pedir demasiado pero, ¿es que nadie pagaría por ver un Macbeth dirigido por Kenneth Branagh?
Porque yo sí.
Volviendo al tema de los superhéroes,
podría escribir toda una entrada sobre la última imagen que nos ofrecieron
sobre sus futuros proyectos, de entre los que podríamos destacar, por ejemplo, Captain America: Civil War (Capitán America: Guerra Civil), Thor: Ragnarok, Guardians of the Galaxy 2 (Guardianes
de la Galaxia 2), Doctor Strange
(¿¡Benedict Cumberbatch!?) o la primera y segunda parte de la tercera parte (se
apodera de mi Groucho Marx) de The
Avengers (Los Vengadores). Todo
eso hasta 2019, sin contar algunas series que van a salir en televisión, como Daredevil. Y después, ¿se acabó? Lo
dudo.
No digo que esté mal. De hecho reconozco
que hay varias que quiero ver, como Guardians
of the Galaxy (soy heterosexual y amo a Chris Pratt, con eso queda todo
claro), Captain America: Civil War
(me dejó buen sabor de boca The Winter
Soldier [El soldado de invierno]),
o Thor: Ragnarok. Pero, ¿proyectos
hasta 2019? ¿De verdad hacen falta? ¿Confirmación de nuevos superhéroes como
Pantera aun sin saber si puede gustar? Aunque lo de Doctor Strange les va a resultar fácil, eso seguro, teniendo de
protagonista a Benedict Cumberbatch.
Y esto refiriéndonos sólo a Marvel, ya
que también podríamos hablar de DC
Comics y Warner Bros con su Justice League (La liga de la justicia) (tengo más interés en Justice League Dark [La liga
de la justicia oscura] con Constantine y guión de Guillermo del Toro)
capitaneada por el Superman triste del sobrevalorado Zack Snyder y el Batman
fofo de… Ben Affleck. Y en otras productoras (aunque los comics también son
Marvel) tenemos al Spider-man hipster
(me duele mucho decir esto) y a los rejuvenecidos X-Men (para mi gusto, la única franquicia que de verdad se mantiene
en forma).
Sí, los superhéroes están de moda: tan
de moda que dentro de unos meses me veré obligado a pegarme un tiro porque solo
se hablará de ellos y se confirmará (si no se confirmó hace ya bastante) que
Hollywood ha matado a la originalidad y pasea su cadáver como un trofeo.
Y terminada la entrada, quiero pedir
disculpas desde aquí a los Directivos de La
Catarsis por lo que acabo de escribir, aunque espero que vuelvan a contar
conmigo para futuras entradas absurdas (lo de esta no volverá a ocurrir, ¡lo
juro!).
Y como colofón final, un estupendo coro
de aplausos:
La próxima vez que nos veamos, nos veremos más y… ¡mejor!