sábado, 10 de agosto de 2013

Psicoanálisis estulto no apto para muggles, vol. I


Lo prometido es deuda, queridos stultos: he aquí la primera entrega de la serie de psicoanálisis de horrocruxes que anunciábamos hace unos días. Tal y como os adelanté, cada entrega recogerá dos casos de estudio, de modo que la serie acabará teniendo del orden de 5 o 6 volúmenes (¡ahí es nada!).

Antes de entrar en faena me parece conveniente hacer algunas puntualizaciones:
1. A los participantes en el estudio les pedimos que elaboraran una lista de objetos que usarían como horrocruxes y que, de manera opcional, añadieran una breve explicación del por qué de cada elección. Hay quien ha dado explicaciones largas, los hay que las han dado cortas, y los hay que no las han dado. En cualquier caso, reproduciremos debidamente las mismas antes de abordar cada análisis. Y ojo, porque también les avisamos de que todo lo que dijeran podría ser usado en su contra…
2. Como ya dijimos, los nombres de los diferentes individuos que se han sometido a este estudio quedarán en el anonimato (salvo cuando lleguemos a los autores del blog). De modo que nos referiremos a cada uno como “Sujeto Número X”. Nos tentaba la idea de llamarlos “Tipo de Incógnito X”, pero al final se nos acabó antojando muy rebuscado.
3. Al final de cada análisis incluiremos dos valoraciones, ambas puntuables sobre cinco: una de ellas medirá el grado de trastorno psicológico del individuo (donde 1 = En sus cabales (¿?) / Gilderoy Lockhart; 2 = Ligeramente desviado pero inofensivo / Luna Lovegood; 3 = Integridad mental en riesgo / Sybill Trelawney; 4 = Necesita un psicólogo o dos / Alastor  Ojoloco Moody; 5 = Caso perdido y suscriptor de por vida a La Catarsis / Myrtle La Llorona), y otra que indicará sus probabilidades de éxito en caso de abrazar la vida de Malo Malísimo (donde 1 = No hay nada que temer / Argus Filch; 2 = Un “quiero y no puedo” / Draco Malfoy; 3 = Le falta un hervor pero puede liarla parda / Lord Voldemort; 4 = Peligro asegurado / Bellatrix Lestrange; 5 = No existe salvación posible / Dolores Umbridge).
4. Todos nuestros diagnósticos están avalados por la Universidad de Rotterdam y por el equipo médico del Doctor especialista en el cerebro que trató a Mr. Gumby.

Y ya sin más preámbulos inauguramos el psicoanálisis estulto con el…


SUJETO NÚMERO 1

A continuación reproducimos íntegramente la lista de horrocruxes que nos hizo llegar el Sujeto Número 1, en adelante Galdalf (¿Qué? ¿Que hemos dicho que nos íbamos a referir a él como “Sujeto Número 1”? No recuerdo tal cosa. ¿Eso cuándo ha sido?):

Soy Don Gandalf y utilizaría como horrocruxes:
1. Ese plastiquito de mierda que pegan a los bolígrafos y que todo el mundo tira, porque sería imposible de encontrar. 
2. Las letras "La Mancha" de la portada de mi libro de El ingenioso hidalgo Don Quixote de la Mancha. 
3. La pelusilla de mi ombligo, porque siempre me acompaña. 
4. La Bacteria Helicobacter Pylori 14.578 de mi estómago, resistente a fármacos: es indestructible, porque las bacterias son objetos inanimados, ¿verdad? Y si no, me da igual: si Voldemort puede meter un horrocrux en su serpiente diabética yo también puedo en mi bacteria. Además esa bacteria se dividirá dando más bacterias-horrocruxes-invencibles.
5. Mi estetoscopio. 
6. La espada de Isildur, irrompible (ahora en poder de Aragorn, hijo de Arathorn, heredero de Isildur y el reino de Gondor, marido de Arwen, hija de Elrond, herederos del poder de los Noldor, señor de Rivendel, amigo de Gandalf, enviado de Manwë, rey Valar y controlador de los vientos y las águilas sagradas, amigo de Ulmo, señor de las aguas, súbdito de Ilúvatar, dios creador). 
7. El ojo izquierdo de Angus Young (guitarrista de AC/DC), porque los viejos rockeros nunca mueren.
Hasta aquí la lista de Gandalf. ¿Qué puede observarse, a primera vista? Evidentemente, que el amigo Gandalf tiene una estrecha relación las ciencias (bacterias, estetoscopios), y eso… ¡nos gusta! ¿Qué os pensabais? ¿Que por ser humanistas íbamos a usar este detalle como excusa para dar comienzo a otra de esas luchas ancestrales entre “los de Letras” y “los de Ciencias”? ¡No hombre, no!

Vale, ahora en serio, vamos a lo que es psicología pura y dura. Nuestro Gandalf tiene un problema importante con el “yo, mi, me, conmigo”, esto es, con el EGOCENTRISMO: “mi libro”, “mi ombligo”, “mi estetoscopio”, “mi estómago”, “mi bacteria”  (¿Tu bacteria? ¡Tío, la bacteria no se puede poseer! ¡LA BACTERIA ES UN FRUTO DE LA MADRE NATURALEZA!)…


Pero ojo, que la cosa no se queda ahí: el susodicho Gandalf también hace gala de unos DELIRIOS DE GRANDEZA que ya los quisiera para sí Alaska. No solo osa equipararse a Voldemort (Voldemort, ese personaje al que le hemos dado un 3 en grado de maldad… ergo podía ser peor, podía haberse comparado con Dolores Umbridge), sino que además se asigna como horrocruxes la espada de Isildur (ahí es nada: podía haber elegido la cimitarra de un Uruk-Hai, pero no, ha ido a por la espada con más caché) y, agárrense a la silla, ¡el ojo (izquierdo) de Angus Young! ¿Qué pasa, que el flequillo de Justin Bieber no era suficiente? ¡No te cortes, hombre de dios, haber elegido la nariz de Michael Jackson, ya puestos!

(—¿Y qué pasa, que lo de elegir  El Quijote no es delirio de grandeza también?)

Er… ¡eso! ¡Tampoco podía elegir Manolito Gafotas, Fray Perico y su borrico o, o… Memorias de Idhún! No: se va a la obra cumbre de la literatura española, con permiso del Gracias y desgracias del ojo del culo de Quevedo. ¿Qué diría Cervantes? (—Pero si ni siquiera se ha referido al manuscrito original, solo ha dicho “mi libro d-) ¿¡QUÉ DIRÍA CERVANTES!?

Vale, eso no es exactamente lo que diría Cervantes... nos hemos colado.

No obstante, quizá nos hayamos precipitado un poco: la elección del “plastiquillo de mierda y de la “pelusilla del ombligo” (por mucho que sea de SU PROPIO ombligo), denotan cierta HUMILDAD y cierto apego por lo CUTRE. Apego que, todo sea dicho de paso, desde La Catarsis tenemos en muy alta estima. Además, y que conste que esto no es rebuscado casi, si atendemos a las palabras del libro que Gandalf ha elegido para contener su alma, “La Mancha”, podemos deducir dos cosas:
1. Que las ha escogido por AMOR MANCHEGO.
2. Que las ha escogido porque son sinónimo de “suciedad”, de “lamparón”… el resultado de la acción de mancharse que SIEMPRE, y digo SIEMPRE sucede cuando uno va vestido con ropa nueva y/o bien tiene algún evento importante al que acudir arreglado (hablando de manchas, ¿sabéis qué remedios económicos nos proponen los Aznar Systems para ir siempre con la ropa limpia?).
En cualquiera de ambos casos la elección dejaría traslucir un claro ESPÍRITU CHICHINABESCO, que siempre es bueno.

Pero dejando a un lado los trastornos psicológicos de Gandalf que sus horrocruxes  puedan  poner de relieve, pasemos ahora a analizar su mente maligna: ¿tiene futuro Gandalf como Malo Malísimo? ¿Tendría más futuro Saruman? ¿Y el ojo de Sauron?

No hace falta ser muy listo para darse cuenta de que las elecciones de Gandalf son bastante rebuscadas. Lo del plastiquillo de los bolígrafos lo pone al nivel, por lo menos, del Juez Doom de ¿Quién engañó a Roger Rabbit? Quizá lo de “La Mancha” podría emparentarlo más con el Venerable Jorge de Burgos de El nombre de la rosa y lo de la bacteria con el mismísimo Dr. House (¿Cómo? ¿Que House no es malo?¡Pero si se burla de sus compañeros de trabajo…!), pero lo del plastiquillo se lleva la palma, revelando al amigo Gandalf como un verdadero cerebro del mal.

Sí, sí... ¡reíos! ¡Tachadlo de "malo de poca monta"! ¡Eso es porque no visteis esta película cuando erais suficientemente pequeños! ¡CHRISTOPHER LLOYD DA MUCHO MIEDO!

Y además es un FRIKI (“Friki: dícese de aquella persona maloliente que no lleva ropa interior”, minuto 4:41), y por si alguno no lo sabía, los frikis van a acabar dominando el mundo, sobre todo si nos atacan los zombies (¿Por qué? Porque serán los únicos que sobrevivirán a dicho ataque gracias a haberse leído la Guía de Supervivencia Zombie).

CONCLUSIÓN: analizados los horrocruxes del amigo Gandalf, en lo que a grado de trastorno psicológico le damos un…

4 = NECESITA UN PSICÓLOGO… ¡O DOS!


Desde luego, Gandalf no está en su sano juicio. Podía estar peor (siempre se puede estar peor, y si no que venga a mi pueblo a comprobarlo, que tenemos dos psiquiátricos), pero mucho me temo que su actual trastorno neuronal no tiene cura. Quizá una visita al psicólogo cada dos días y el visionado compulsivo de documentales de La 2 sobre el apareamiento de pájaros puedan ralentizar este proceso degenerativo, pero de ninguna manera podrán evitarlo.

Por otra parte, en lo que a sus probabilidades de éxito en caso de abrazar la vida de Malo Malísimo se refiere, Gandalf se ha ganado con creces un…

4 = PELIGRO ASEGURADO


En serio: lo del plastiquillo del bolígrafo no augura nada bueno, y lo de las bacterias que se dividen y forman mini-contenedores de almas da bastante mala espina. Además, los científicos siempre son más susceptibles de convertirse en villanos. ¿Dónde se ha visto que los malvados sean gente leída, humanistas…? ¡En ningún lado, que no os la cuele Dan Brown! ¡LOS DE CIENCIAS SON EL VERDADERO ENEMIGO! A los de Letras nos sacas de la biblioteca y, aparte de que la luz nos hace daño a los ojos y nos quedamos medio ciegos, nos desubicamos y nos entra una agorafobia aguda de agárrate y no te menees. ¡Indiana Jones es una leyenda urbana sin fundamento ninguno!


Y ahora, vamos con el…
SUJETO NÚMERO 2

Aquí está la lista de horrocruxes del Sujeto Número 2, en adelante Phoebe:

Horrocruxes que utilizaría para guardar siete pedazos de mi alma:
1. Uno de los macillos del piano de casa: seguramente el correspondiente al último Mi, en la escala más grave.
2. El anillo que me regaló mi abuela de aguamarina: aunque nunca me lo pongo porque me queda grande.
3. El libro Paraíso inhabitado de Ana María Matute.
4. Mi Game Boy Color: uno de los pocos objetos electrónicos que no me he cargado con el paso de los años, cosa extraña e inexplicable.
5. La mini-paleta de mi bisabuelo con un paisaje marino en el centro pintado por él: descubierta este mismo mes.
6. La película de Fantasía en vídeo: la versión de DVD ha tenido la desfachatez de cambiar la espléndida voz del narrador que se oía en el vídeo.
7. El dibujo que me hizo Lelu (Elena Redondo) por mi 20 cumpleaños.
P.D.: Ya sé que tiendo al sentimentalismo empalagoso, pero es lo que hay.

Y esta es la lista de Phoebe. Bien, ¿qué podemos deducir de ella en base a sus elecciones, dejando aparte lo que ya nos adelanta su postdata: SENTIMENTALISMO EMPALAGOSO?

Y esta es nuestra reacción cuando vemos tanto horrocrux empalagoso junto.

Para empezar, retomamos el diagnóstico que le habíamos hecho a Gandalf: EGOCENTRISMO. “El anillo que ME regaló MI abuela”, “MI Game Boy Color”, “la paleta de MI bisabuelo”, “el dibujo que ME hizo Lelu por MI 20 cumpleaños”… ¡Y por si no era suficiente, la tecla “MI” (que no Sol, ni Do, ni Fa) del piano! A Phoebe le delata SU subconsciente…

No obstante, tanta mención a la familia nos hace pensar que o bien Phoebe forma parte de la mafia italiana (en cuyo caso, a) deberíais haber leído “la familia” poniendo voz de fumador compulsivo y colocando las manos así; b) le pedimos encarecidamente a Phoebe que nos ponga en contacto con el descendiente más directo de Vito Corleone que conozca), o bien que pertenece a la Casa Tully (por aquello de “Familia, deber, honor”).

En cualquier caso, y si seguimos tirando del hilo, ambas opciones nos llevarían a pensar que Phoebe pertenece a una CLASE SOCIAL ALTA, hipótesis que se corrobora si tenemos en cuenta que la susodicha dice tener un piano en casa. Y no sé vosotros, pero yo desde luego no tengo un piano en casa. Lo más parecido que he tenido nunca ha sido un organillo Casio más o menos como este… ¡y ni siquiera recuerdo si era de marca!


Con todo y eso, Phoebe no parece tener demasiados delirios de grandeza, como le pasaba a nuestro amigo Gandalf:
1. En vez de El Quijote escoge un libro de Ana María Matute. Bien. 
2. Pudiendo escoger una Nintendo 3DS o una Play Station Vita, coge una Game Boy Color. BIEN.
3. En lugar de una película en DVD o Bluray, escoge una en VHS. ¡MUY BIEN! (Mejor todavía si tenemos en cuenta que se inclina por Fantasía antes que por Fantasía 2000…)
¿Qué quiere decir todo esto? Pues que Phoebe es una persona de GUSTOS SIMPLES, lo cual no tiene por qué significar que sea, a su vez, una persona simple (donde “simple” se entiende como sinónimo de “corta”, en el sentido de “poco hábil mentalmente” y no de “baja estatura”), aunque tampoco podemos descartarlo… Quiero decir, el hecho de que haya elegido una tecla de un piano y un libro para esconder fragmentos de su alma no implica ni que sepa tocar dicho instrumento ni que se haya leído dicho libro. ¿O no? ¡A las pruebas me remito!

Pero volviendo a lo que nos ocupa, Phoebe tiene un claro punto a favor de cara a la filosofía erasmista: ha elegido la película Fantasía en VHS porque en la versión en DVD de dicho filme la voz del narrador cambia. ¿A dónde queremos llegar con esto? A que Phoebe sufre del denominado SÍNDROME DE LA EXCITACIÓN AUDITIVA, que ya definimos pertinentemente en esta entrada. Como bien sabéis (y si no lo sabéis, no sé qué hacéis que no habéis abierto el anterior enlace), este síndrome es síntoma inequívoco de que el paciente es propenso a  padecer o que directamente padece también el denominado Síndrome del Chichinabesquismo Severo. Y esta circunstancia, desde luego, hermana al paciente en cuestión con el colectivo escritor de La Catarsis, haciéndolo merecedor de una invitación a un mazapán y a una Guinness. Pero eso es otro asunto…

Y os colamos en la entrada un fragmento de Fantasía porque sí, porque nos apetece.

Y por si quedan dudas con respecto a lo del Síndrome de la Excitación Auditiva (en adelante SEA), fijaos en que el macillo del piano que ha elegido es el del Mi más grave. Obviamente, si Phoebe prefiere las notas graves del piano a las notas agudas, también preferirá las voces graves y solemnes a las agudas y chillonas, por regla de tres. ¡Y que me aspen si el SEA está relacionado con voces de pito!

Pero basta ya de pseudo-análisis psicológico, vamos al grano: ¿tiene futuro nuestra querida Phoebe como Mala Malísima? Huelga decir que no, ya que sus horrocruxes dejan claro que Phoebe ES ABSOLUTAMENTE INOFENSIVA. ¿Qué genio maligno podría esconderse tras un anillo de aguamarina o un dibujo de cumpleaños? ¡Ninguno!

Es más, si atendemos a la temática marítima que impera en toda su lista (“anillo de aguaMARINA”, “paleta con un paisaje MARINO”) y le sumamos la elección de una película de Disney como horrocrux, podríamos poner la mano en el fuego y afirmar casi sin temor a equivocarnos que quien se esconde detrás de esta lista no es sino la tatara-tatara-tatara-tatara (igual me he pasado) nieta de la Sirenita. ¡Si en vez de un macillo del piano hubiera escogido un tenedor no habría cabido duda al respecto!

Aunque bien es cierto que desde el principio sabemos que todos estos sujetos son potenciales malvados, así que vamos a tener que buscarle a Phoebe otra analogía (porque que sepamos, la Sirenita mala, lo que se dice mala no era… aunque lo de saltarse a la torera las normas impuestas por papá Tritón es un pelín de adolescente rebelde con pocos dedos de frente, pero qué queréis, ¡estaba en la edad del pavo!). Por lo cual, sin abandonar la temática marítima y teniendo en cuenta los aspectos musicales, semi-materialistas y artísticos que vemos reflejados en esta lista de horrocruxes, el único Malo Malísimo (¿?) al que Phoebe podría equipararse no es otro que Calamardo Tentáculos.

Mientras leéis esta entrada a Calamardo le pitan los oídos.

CONCLUSIÓN: una vez analizados los horrocruxes de nuestra amiga Phoebe, en lo que a grado de trastorno psicológico le damos un…

3 = INTEGRIDAD MENTAL EN RIESGO


Nos debatíamos entre adjudicarle un 2 o un 3, pero finalmente lo del Síndrome de la Excitación Auditiva le ha servido a Phoebe para ganarse una (ligeramente) peor reputación mental. ¿Hay salvación posible para ella? Nos tememos que… no, ya que presentar uno de los síntomas claves del Síndrome del Chichinabesquismo Severo es bastante grave, aunque todavía el individuo no muestre indicios de sufrir ningún otro síntoma relacionado con dicho síndrome. ¿Qué recomendamos? Reducir las visitas a La Catarsis Erasmista a un máximo de una vez cada tres meses, y sobre todo, NO PARTICIPAR EN LA VOTACIÓN DE LOS EMCs 2014 BAJO NINGÚN CONCEPTO. ¡Solo Ningirsu sabe qué clase de desajustes neuronales podría causar un Kit Stulto o incluso un Sir Mazapán de Consolación para Torpes en un individuo de estas características!

Por otra parte, en lo que a sus probabilidades de éxito en caso de abrazar la vida de Malo Malísimo se refiere, Phoebe se ha quedado en un…

2 = UN “QUIERO Y NO PUEDO”


¿Después de humillarla comparándola con la Sirenita le hemos dado un 2 en lugar de un 1? Sí, amigos. Porque si nos paramos a considerarlo, la elección de un “macillo” de un piano siempre puede acabar degenerando en la elección de un “mazo” de proporciones mayores que tuviera efectos devastadores similares a los del mazo/martillo/llamadlo como gustéis que te aparece como ítem en las pantallas del Super Smash Bros (y que TOCA LAS NARICES QUE NO VEAS. ¡Anda que no me he caído veces de los escenarios por culpa de los dichosos mazos…!)

Hasta Luigi armado con un mazo se convierte en el Mal personificado.

Por no hablar de que “anillo de aguamarina” siempre podría tratarse de una metáfora un poco cursi para referirse al Anillo Único, y que lo de la Game Boy Advance deja ver cierto espíritu friki. Y, como ya hemos dicho, los frikis –como los científicos– SON PELIGROSOS Y ACABARÁN APODERÁNDOSE DE LA TIERRA. Así que cuidado con Phoebe, que puede que las apariencias engañen (un poco, al menos; igual no es de las que dominan el mundo, pero siempre puede ser de las que meten más aire que patatas en las bolsas de patatas fritas, o de las que por las noches se dedican a esparcir piezas de Lego por los suelos de vuestras casas para que cuando os levantéis descalzos piséis una y agonicéis del dolor… ¡nunca se sabe!).

Y amigos, hasta aquí la primera entrega del Psicoanálisis Estulto no apto para Muggles en La Catarsis Erasmista. Esperamos que haya cumplido con las expectativas de nuestros lectores (y si no, os instamos a seguir el sabio consejo de Julián López), y que sirva para que os replanteéis qué objetos usaríais como horrocruxes, así como el sentido de la vida y la muerte. Próximamente (¿cómo de “próximamente”? ¡No se sabe! ¡Ahí está la gracia!) volveremos a la carga con los Sujetos Número 3 y 4.

Hasta entonces, ¡que ustedes pasten bien!


Y recordad:

No esperéis recibir correo los domingos... ni ningún otro día, porque la preciosa costumbre de mandar cartas se ha perdido. ¡DESGRACIADOS, QUE SOIS UNOS DESGRACIADOS!

miércoles, 7 de agosto de 2013

Plataformas Catárticas, vol. II

Amigos, las plataformas catárticas vuelven a la carga. Y como nos negamos rotundamente a que nos vuelva a pasar lo que nos pasó con la de Constantino Romero, que al final se convirtió en un in memoriam, allá que vamos con otra plataforma dedicada a un personaje de carne y hueso (antes de que dicho personaje pase a mejor vida: ¡toquemos madera!).

Pero antes de desvelar el nombre del personaje en cuestión os proponemos una breve reflexión. Una reflexión de estas nostálgicas, de las que cuando terminas de reflexionar te dan ganas de comprarte un Casiotone, coserte rodilleras de dinosaurios en el chándal y poner Barrio Sésamo en la televisión. ¡Y no un Barrio Sésamo cualquiera, no, sino el de Espinete y Don Pimpón!


¿Qué pasa, que vosotros no tenéis VHS con capítulos de Barrio Sésamo grabados? ¿O el problema es que ya no conserváis vuestro reproductor de VHS, ese en el que casi quemasteis, de tanto verlas, la cinta de El Rey León junto con muchas otras? ¿Qué especie de niños de los noventa habéis sido vosotros, eh? (No, mira, es que yo leo vuestro blog pero ya tengo treinta y pic-) ¿¡QUÉ ESPECIE DE NIÑOS DE LOS NOVENTA HABÉIS SIDO VOSOTROS, HE DICHO!?

En fin, pensad en los veranos de vuestra infancia: ¿qué caracterizaba a esos veranos? Por mi parte, he elaborado una lista de “cosas” que iban indisociablemente unidas a la época estival. Os pediría que añadieseis datos de vuestra propia cosecha por medio de comentarios en esta entrada, pero sé que una maldición pesa sobre nuestro querido blog a este respecto, así que mejor ni me molesto. Aquí va mi lista:
1. Los cuadernillos de vacaciones Santillana: que, por cierto, empiezo a temerme que he sido la única niña en España que los devoraba y necesitaba que sus padres le racionaran las páginas para que el dichoso cuaderno le durara todo el verano.
2. Los flashes (y no precisamente los de las cámaras): también conocidos como “polo flash”. Los ha habido siempre de varios tamaños, y pedirse el grande era signo inequívoco de que eras un “niño bien”. Los de clase media-baja siempre tuvimos que conformarnos con los pequeños.
3. Las jornadas de playa / río / piscina / barreño en la terraza de sol a sol (los he ordenado un poco por nivel adquisitivo; lo de poner un barreño grande en la terraza, patio o azotea ya era el acabose, pero doy fe de que se hacía): éramos niños incansables, y siempre teníamos al adulto de turno detrás sacándonos del agua cada dos por tres para embadurnarnos en crema solar o recordarnos que la dichosa digestión dura dos horas, así que nada de meterse al agua hasta entonces (también había casos de “Bueno, si te vas metiendo despacito y te mojas la nuca con agua tampoco pasa nada porque te saltes lo de las dos horas, ¿no?”).
4. Las batallas de globos de agua: ¿soy la única que ya no ve que dichas contiendas tengan lugar en las plazas de los pueblos? ¿Se está perdiendo acaso tan magnífica forma de entretenimiento? También era típico que los grifos de las fuentes de los pueblos estuvieran plagados de gomitas de globos que habían reventado mientras los llenaban (porque ojo, lo de rellenar un globo de agua tenía su técnica).
5. Las calcomanías de las bolsas de patatas fritas (y similares): que al principio no eran feas del todo, pero con el tiempo han ido degenerando, ¡y de qué manera! ¿Pero qué niño no se ha puesto una en alguna ocasión? Nos sentíamos absolutamente poderosos, ¡porque era como un tatuaje! ¡Éramos unos chungos! Abríamos las bolsas de Cheetos con ansia asesina en busca de la calcomanía, y blasfemábamos mucho (y muy fuerte, pero en lenguaje de niño de los 90) si por algún casual nuestra bolsa no tenía premio.  Y lo mejor era cuando ya llevabas una semana con la calcomanía puesta (lavándote flojito el trozo de piel correspondiente por miedo a que se quitara), y el dibujillo empezaba a desaparecer y la calcomanía se deshacía, ¡y parecía que tenías roña!
6. Las costras en rodillas, codos y similares: en verano el nivel de niños magullados aumentaba desproporcionadamente. ¿Por qué? Pura lógica: las hostias te las dabas igual en verano que en invierno, pero mientras que en invierno siempre había un sufrido pantalón o jersey que se llevaba la mayor parte del golpe (y, dependiendo del calibre del descalabro, también algún que otro desgarrón perfecto para darle utilidad a esas gloriosas rodilleras de dinosaurios), en verano las que sufrían eran tus carnes de niño valiente y con pocos reflejos.
7. Los anuncios en la televisión de obras maestras del entretenimiento para críos tales como la Bola Loca de Comansi, el Skipit Cuentavueltas de Bizak, o los tremendísimos Bola Buuum y Splash Atom, también de Bizak (entre otros): míticos. No tengo palabras para describirlos. Te los colaban a la hora del desayuno de seguido y taladraban tu mente con sus promesas de diversión veraniega. ¿Vosotros llegasteis a tener alguno de los mencionados? Yo no. ¡Pero eso no importa! ¿Sabéis por qué? Porque el no-va-más de todos estos juguetes creados por y para el verano eran LAS PISTOLAS DE AGUA SUPER SOAKER. He buscado por YouTube algún anuncio de dichas pistolas que me sonara haber visto en mi tierna infancia, pero la búsqueda ha sido en vano. Lo más parecido que he encontrado ha sido un anuncio noventero mejicano que, pese a todo, ilustra a la perfección el espíritu de estas armas/juguetes (depende de con qué propósito se utilicen):
¿Alguna vez tuvisteis una Super Soaker? Yo no, ¡pero sí tuve algún sucedáneo de Super Soaker adquirido en un Todo a 100 de la época! (Sí, amigos, un Todo a 100 y no un “chino”. ¡Qué tiempos aquellos!) ¡Y lo disfruté como una enana!
8. Ya que hemos entrado en materia televisiva, sigamos buceando en este tema. Otra cosa típica de los veranos de mi infancia era poder ver la televisión todas las mañanas a la hora del desayuno, esto es, en una franja horaria que podía abarcar desde las 08:00 a las 12:00, dependiendo de tus costumbres y de lo permisivos que fueran tus padres (actividad que, en época lectiva, solo podías permitirte llevar a cabo los fines de semana). Muchos eran los programas que se emitían en dicha franja horaria y que hacían las delicias de los críos, pero si hay uno que destacaba entre la multitud era el Megatrix de Antena 3. ¿Y por qué? PORQUE LO TRASLADABAN AL AQUÓPOLIS.
¿Habéis ido alguna vez al Aquópolis? ¡Yo no! Pero es igual, porque tú estabas sentado en tu sofá y veías a los concursantes mojándose el culo en el Aquópolis y, ¡qué demonios, era como si te estuvieras mojando tú el tuyo! ¡Qué espíritu!
9. Pero ojo, que el resultado más perfecto que ha dado la fórmula “Televisión + Verano” no ha sido ni de lejos el Megatrix. Si hay algo que ha caracterizado mis veranos, y junto con los míos también los de mucha otra gente (tengo pruebas fehacientes de ello), ha sido un concurso televisivo. Un concurso que ha conseguido emocionar por igual a niños y mayores. EL MEJOR PROGRAMA QUE HA PARIDO ESPAÑA –con permiso del Un, dos, tresDESDE QUE LA TELEVISIÓN ES TELEVISIÓN. Y sí, amigos estultos, ese programa no es otro que…
¡EL GRAND PRIX DEL VERANO!

¿Quién no ha visto El Grand Prix del verano alguna vez, eh? ¿¡Quién!? ¿Quién no se ha echado sus buenas risas con los Troncos locos, con Don Tancredo, con ¡A por Caperucita! (lo del túnel de las cuerdas elásticas era demasiado bueno para ser cierto), con Los pingüinos, con Los bolos o con la mitiquísima Patata caliente y las caras de susto que ponían los concursantes (alcaldes y famosillos de tres al cuarto) cuando el globo explotaba? Porque si no es vuestro caso, amigos míos, permitidme que os diga que no tenéis perdón de Ningirsu.



Que luego, si lo miras bien y comparas fechas, te das cuenta de que los de Humor amarillo –otro SEÑOR PROGRAMÓN al que algún día tendremos que dedicarle una entrada de honor en La Catarsis–, llevaban en el negocio desde los años 80 (en el original japonés) y desde principios de los 90 (en Telecinco)… y que ambos concursos tiene un parecido innegable. Y es que Los troncos locos se asemejaban mucho a Los rollitos de primavera, había partes de las distintas gymkhanas que recordaban a Las zamburguesas, y la prueba de Los rompepuertas no puede negar ser descendiente directa de Las puertas del pánico.

Con todo y eso, El Grand Prix tenía algo que los de Humor Amarillo, por mucho que sus comentaristas fueran unos cachondos mentales y que contaran con un equipo original japonés encabezado por el mismísimo Takeshi Kitano y secundado por una plantilla de personajes míticos como el General Tani, Pinky-Winky, Dolores Conichigua, Pepe Livingstone, Paco Peluca, Juanito Calvicie, el Chino Cudeiro y compañía, nunca podrían igualar: El Grand Prix tenía a Ramón García.

Y sirva la mención del nombre de tamaña leyenda televisiva española para dar paso, ya sin más preámbulos, a la plataforma catártica de hoy:


PLATAFORMA PARA QUE RAMÓN GARCÍA VUELVA A LA TELEVISIÓN


Ramón García (Bilbao, 28 de noviembre de 1961), por si hay alguien muy, MUY despistado, es locutor de radio y presentador. Aunque debutó en televisión allá por 1990 en Antena 3, sus trabajos más conocidos han sido en TVE1, donde en 1993 estrenó ¿Qué apostamos? (que continuaría presentando hasta el año 2000), y donde desde 1996 y hasta el año 2005 presentaría El Grand Prix todos los santos veranos.


Además, Ramontxu (¡y su capa!) nos han acompañado todas las Nocheviejas en las Campanadas durante 13 años,  once de ellos en TVE1 (desde 1995/96 hasta 2006/07, faltando a la cita solo en las campanadas de 1996/97), y dos años más en Antena 3 (2007/08-2008/09).


Se dice, se comenta, que en las campanadas del 2005/06, el saludo que nuestro querido Ramontxu dedicó a sus compañeros de Punto Radio (donde trabajaba desde 2004) le valió una acusación por publicidad encubierta, así como la supresión del Grand Prix y su práctica desaparición de TVE1 (que se haría efectiva el año siguiente, tras presentar las campanadas por última vez en esta cadena).

Desde entonces, ¿qué? Desde luego, hemos seguido viéndole el pelo a Ramontxu en éxitos menores como ¿Sabes más que un niño de primaria?, PERO NO ES LO MISMO. ¡Claro que no es lo mismo! ¡Un verano sin El Grand Prix ni es verano ni es nada! Y esto lo saben los peces gordos de la televisión, que tras la “desaparición” de Ramón García vendieron El Grand Prix a otras cadenas (las cuales, intuimos, debieron de sacar uñas y dientes para hacerse con él, ¡pobres ilusas!), colocando a un nuevo presentador al frente del programa que pretendía tomar el relevo del gran Ramontxu: Bertín Osborne.

Lo sentimos Bertín, pero por muchas fotos que te hagas con Manowar sigues sin ser un sustituto válido para Ramón García. Pero vamos, que ni tú ni nadie.

Supongo que todos estaréis carcajeándoos a gusto. ¿Bertín Osborne intentando ponerse a la altura de Ramón García? ¿PERDÓN? Muy desesperados tenían que estar y muy pocos dedos de frente tenían que tener los directivos de dichas cadenas televisivas para pensar que semejante treta funcionaría. ¿Tomaban por tontos a los telespectadores? Hombre, pues no digo yo que al público actual no se la hubieran colado, pero nosotros éramos niños curtidos televisivamente, sabíamos lo que queríamos y exigíamos CALIDAD.

“¡Bertín Osborne, vuélvete a Lluvia de estrellas y déjanos en paz! ¡QUEREMOS A RAMONTXU! ¡QUEREMOS A RAMONTXU!”

¡Pero mira qué cara de buenazo tiene! ¿Cómo no vamos a quererle?

Como era de esperar, El Grand Prix sin Ramón García fue un verdadero fracaso y al final tuvo que cancelarse (aunque han llegado a mis oídos rumores de que este año se emitirá una especie de refrito del Grand Prix, esta vez con concursantes internacionales… o eso dice la Wikipedia).

Igualmente, las Campanadas son un bodrio desde que la capa de Ramontxu y el propio Ramontxu no se asoman a la Puerta del Sol para televisarlas. ¿Alguien se acuerda del fatídico día en que se enteró de que Ramón García no iba a volver a presentar las Campanadas? ¿Nadie pensó hasta el último momento “Seguro que es una broma y ahora Ramontxu aparece de un salto en el balcón, envuelto en la capa, estilo Batman”? ¿Solo yo?

Ramontxu y su capa. Inseparables.

Resumiendo: desde La Catarsis Erasmista queremos hacer un llamamiento a las autoridades televisivas –en las que no tenemos fe ninguna, visto cómo está el patio de un tiempo a esta parte– para rogarles que devuelvan a Ramón García a su hábitat natural, esto es, la televisión. Queremos un Grand Prix del verano como los de antes, en TVE1, con reposición los domingos por la mañana (por si te habías perdido algún trozo). Y queremos asimismo, por amor de Ningirsu, que Ramontxu y su capa (y también, de manera opcional, las pechugas de Ana Obregón) retornen cada 31 de diciembre al balconcito de la Puerta del Sol que legítimamente les pertenece.

Necesitamos afiliarnos al equipo azul o al equipo amarillo, ver a gente dándose trompazos sanos en la televisión, recrear pruebas del Grand Prix con los cojines de nuestro sofá, mofarnos de los famosetes que no tienen ni idea y dicen burradas en La patata caliente, comentar los mejores momentos del programa con nuestros amigos en la piscina al día siguiente... ¡Necesitamos tener sueños, ilusiones! ¡Yo quiero participar en El Grand Prix!

¡NECESITAMOS TENER LA OPORTUNIDAD DE COGER A NUESTRO HIJO POR LOS HOMBROS Y DECIRLE MUY SERIOS: “HIJO, YO PARTICIPÉ EN EL GRAND PRIX, CASI ME PARTÍ LOS PIÑOS EN LOS TRONCOS LOCOS, Y ES DE LO QUE MÁS ORGULLOSO ESTOY EN MI VIDA”!

La televisión es un invento inútil desde que Ramón García no aparece en ella.
Los veranos son menos veranos desde que Ramón García no presenta El Grand Prix.
Las Nocheviejas no tienen sentido desde que Ramón García no se toma las uvas con nosotros.
El mundo es un lugar más triste si Ramón García no está en nuestras pantallas.
He dicho.




martes, 6 de agosto de 2013

Psicoanálisis estulto no apto para muggles


[¡ATENCIÓN, ATENCIÓN! ¡ENTRADA SOLO APTA PARA FRIKIS! Luego no os quejéis de que no os avisamos...]

Queridos stultos, hay momentos en la vida de una persona en que los planetas se alinean y ocurren cosas maravillosas: a algunos les toca la lotería, otros nacen con un metabolismo que les permite hincharse a comer sin engordar, otros aprueban Arte Gótico con Bárcena a la primera, hay quien se encuentra billetes de 10€ por la calle, otros liberan a los titanes de su prisión submarina…

En el caso de los miembros de la Catarsis, los astros se alinearon el día que conseguimos engañar a diez inocentes lectores asiduos del blog amigos y familiares conocidos viandantes personas para que participaran en un estudio científico (entrecomíllese científico a gusto del escepticismo del lector) de base psicoanalítica, estulta, catártica y, sobre todo, mágica.

Haced caso a Howard.
¡Y TÚ A CALLAR, TÍO VERNON, QUE NADIE TE HA DADO VELA EN ESTE ENTIERRO!

Pero antes de explicar en qué consiste este fascinante estudio conviene que respondáis a unas sencillas preguntas tipo test (las respuestas erróneas no restan puntos, así que no os cortéis):

1.  ¿Sabes quién es Harry Potter?
a) ¿Mande? 
b) No. A mi es que me sacas de Harry ‘el Sucio’ y… 
c) Me suena, pero no sabría decirte de qué. 
d) Sí, claro: el protagonista de la saga Harry Potter, de J. K. Rowling. 
e) Yo siempre fui más de Ron Weasley.
2. ¿Estás familiarizado con la fórmula Expecto Patronus?
a) ¿Mande? 
b) No, pero Patronus suena a nominativo singular de un sustantivo masculino de la segunda declinación. Es latín, ¿no? 
c) Creo recordar que tenía algo que ver con la ley 16/85 de protección del Patrimonio Histórico Español. 
d) Sí, es un hechizo para espantar a los dementores. 
e) ¡Siempre quise que el mío fuera un ornitorrinco!
3. ¿Sabes quién es Lord Voldemort?
a) ¿Mande? 
b) Creo que era primo lejano de Lord Vader, o Lord Sidious, o alguno de esos. 
c) Un señor calvo y sin nariz, creo. Sale en alguna película. O en la televisión hablando de Fórmula 1. No, espera: ese sí tiene nariz… 
d) ¡El-que-no-debe-ser-nombrado! 
e) ¿Nunca pensasteis que lo de Tom Marvolo Riddle/I am Lord Voldemort estaba cogido un poco por los pelos?
4. ¿En qué piensas al oír la palabra somormujo?
a) En que rima con “orujo”. 
b) En un pájaro. Una especie de pato, creo. 
c) En nada. ¿Qué estoy haciendo aquí? Yo debería estar estudiando para septiembre...
d) En las contraseñas que se necesitan para entrar a la Sala Común de Gryffyndor. 
e) ¡En la Dama Gorda! Aunque me gustaba más Caput Draconis.
5. ¿Sabes qué es un horrocrux?
a) ¿¡Mande!? 
b) No, pero no suena bien. 
c) ¿Tiene algo que ver con el horror vacui? 
d) Son objetos que contienen fragmentos del alma de Voldemort. 
e) Si llego a ser yo quien guarda su alma en horrocruxes, Harry Potter no hubiera tenido nada que hacer (añado: hubiera llorado como una nenaza). Los de Voldemort eran muy obvios.
Cuéntanos algo que no sepamos, Voldemort...

Si habéis respondido mayoría de A, no sé en qué mundo vivís y, además, tenéis un problema con el alcohol. Si tenéis mayoría de B, necesitáis poneros un poco al día pero vuestra integridad mental no corre demasiado peligro: podéis seguir haciendo vida normal. Si habéis respondido mayoría de C, estudiar Historia del Arte os está afectando seriamente a la cabeza. Si tenéis mayoría de D, se ve que os gusta Harry Potter bastante. Si habéis contestado mayoría de E, sois bienvenidos a leer esta entrada.

En cualquier caso, si vuestras respuestas han girado mayoritariamente en torno a las opciones A, B o C, os aconsejo que cerréis esta pestaña de vuestro navegador y dediquéis vuestro tiempo a cosas más provechosas. Si no es ese vuestro caso, auguro que nuestro estudio puede interesaros, al menos para pasar el rato.

Y es que, amigos stultos, la Catarsis Erasmista se complace en presentaros el…

PSICOANÁLISIS ESTULTO NO APTO PARA MUGGLES



Hace aproximadamente seis meses, influida por las teorías freudianas del psicoanálisis, por las recensiones de Teoría y Metodología de la Historia del Arte, por la proximidad de los exámenes de febrero (los exámenes siempre son un estímulo sorprendente para el surgimiento espontáneo de ideas stultas, está comprobado) y por el visionado compulsivo de las películas de la saga Harry Potter, decidí lanzarle una pregunta al mundo:
¿Qué objetos utilizaríais como horrocruxes?

Está la reacción lógica y normal ante la pregunta propuesta...
... y luego están los típicos niños repelentes, como Voldemort.

Por si no estáis muy versados en el universo de Potter y compañía y, para colmo de males, habéis ignorado la advertencia derivada del test de antes, diré que un horrocrux es, según la Potterpedia (no se llama "Potterpedia", pero no me negaréis que el nombre tiene gancho…), un objeto muy poderoso en el que un mago o bruja oscuro ha ocultado un fragmento de su alma con el propósito de alcanzar la inmortalidad 1.

¿Perdón? Creo que alguien tiene algo que decir al respecto de esta afirmación...

Cabe señalar que existen también definiciones más elaboradas y ante las que yo, personalmente, me quito el sombrero, como es el caso de la que nos ofrece ese pozo de sabiduría que es la Frikipedia.

Pero tampoco es que necesitéis un Máster en Manipulación de Horrocruxes y Defensa Personal contra Muggles para leer esta entrada, así que vamos al grano: hemos conseguido que diez individuos, POR VOLUNTAD PROPIA (si alguna vez dichos individuos sacan a colación algo relacionado con pistolas en las sienes e instrumentos de tortura medievales, vosotros ni caso), nos cuenten qué objetos usarían como contenedores de su alma.

Huelga decir que la identidad de los susodichos no será revelada (salvo en casos excepcionales, como veremos más adelante), ya que el hecho de poner en conocimiento del público general la lista de objetos que estos individuos utilizarían como horrocruxes podría frustrar las carreras de los mismos como genios del mal y potenciales instauradores de una dictadura del terror a nivel interplanetario. Y en La Catarsis podemos oponernos a muchas cosas, pero no a la dominación mundial perpetrada por un malo de la vieja escuela.

HADES APPROVES!

Una vez recopiladas las listas de horrocruxes de todos estos aspirantes a Señores Oscuros pretendemos, haciendo uso de nuestros conocimientos ancestrales sobre psicología (adquiridos a raíz de unas cuantas clases en Bachillerato, un curso a distancia de Grafología, y el estudio concienzudo de la asignatura Teoría y Metodología de la Historia del Arte, que tiene mucho que ver con el tema que nos ocupa) y encomendándonos a Sigmund Freud (y a Erasmo de Rotterdam, faltaría más), analizar las mentes de estos genios del mal en base a sus elecciones.

"Er... de acuerdo con este libro de Psicología, el remedio perfecto para la bipolaridad es un buen hachazo en la cabeza. Bueno, de hecho es el mejor remedio para la bipolaridad y para cualquier otro trastorno conocido o por conocer."

¿Qué ha llevado a estas mentes perversas a elegir objetos como fotos de cebras, cromos de Pokémon, cuadros de Filippo Lippi, bancos de capillas, Furbies o camisas de leñador para guardar pedazos de sus almas? ¿Qué oscuro propósito albergan? ¿Qué se traen entre manos? ¿A qué horrible trauma sufrido por estos sujetos en algún momento de sus tiernas infancias (aparte del cambio de la peseta al euro) se deben estas retorcidas elecciones? ¿Qué podemos deducir de ellas? ¿Pueden los horrocruxes de alguno de estos individuos darnos una pista de por dónde irían los tiros si un día les diera por ponerse manos a la obra con la dominación del mundo? ¿Nos subirían los impuestos o simplemente sembrarían el caos con un ejército de robots asesinos que gritan muy fuerte “¡ROGER, ROGER!”? ¿Son los horrocruxes inmunes a la Kryptonita? ¿Y al ácido sulfúrico? ¿Y al típico puré de verduras que ponen en los comedores de los colegios? ¿Y a la salsa radioactiva de la cafetería de la Complutense? ¿Qué fue antes, la gallina o el huevo? ¿Existen los Reyes Magos o son los padres? ¿Existen los padres o son un invento del Corte Inglés…?

Si Iker Jiménez lo dice, va a misa.

En cualquier caso, y para que quede claro que en La Catarsis somos solidarios, a esos 10 casos de estudio anónimos añadiremos tres más correspondientes a los miembros fundadores de este blog, a saber La Beata Beatrix, El Exarca de Kyoto y, aquí la que escribe, 1215. Por supuesto en este caso el anonimato quedará fuera de lugar (estamos renunciando a nuestras potenciales carreras como malos malísimos por nuestros seguidores –y eso que no tenemos ninguno–; ojo al compromiso para con vosotros, lectores, que estamos demostrando), y no habrá piedad alguna en lo que al análisis de los horrocruxes y al resultado del mismo se refiere, que con toda probabilidad dará lugar al diagnóstico de trastornos tales como la obsesión con los falos (por descontado), el complejo de Edipo/Electra (a gusto del consumidor), la esquizofrenia galopante, el narcisismo más profundo, y un largo etcétera de síndromes entre los que destacará (como no podía ser de otra manera) el del Chichinabesquismo Severo.

Síndrome este del que se ha visto afectado hasta el mismísimo Voldemort. Y si no, ya me explicaréis a cuento de qué lo del bigote, si no es por influencia de La Catarsis...

Con un total de 13 casos por analizar y como sabemos que lo de ver mucha letra junta asusta, he decidido dividir lo que podía haber sido una entrada de 70 páginas de Word a Times New Roman 10 con interlineado sencillo en diversas “entradas reducidas” (con un máximo de tres casos analizados en cada publicación) que iré colgando periódicamente más o menos periódicamente esporádicamente cuando me acuerde cuando tenga ganas en algún momento de aquí a cinco años próximamente.

Mientras tanto, queridos estultos, os aconsejo que no dejéis nunca de trabajar en vuestro plan de dominación mundial, porque no sabéis cuando vais a necesitar ponerlo en práctica (y visto cómo está el panorama, yo diría que puede ser pronto).

Y recordad:


No tengáis luego el valor de echarnos en cara que suspendéis Encantamientos por nuestra culpa.

PD: Esta es la cara que ha puesto Voldemort (¿Qué? ¿Que Voldemort había sido derrotado? Eh… ¿en serio creísteis que un piltrafilla como Harry Potter sería capaz de acabar con Lord Voldemort? ¡JAJAJAJA, CLARO HOMBRE!) al enterarse de nuestra iniciativa catártica…

Humanistas a la conquista de Facebook