Caput draconis!
¡Bienvenidos a una nueva entrega de Psicoanálisis Estulto no
apto para Muggles! Hoy os traemos el volumen
3 de la serie (por si sois vais un poco retrasados en la lectura,
aquí tenéis los dos volúmenes anteriores, 1
y 2),
pero antes de entrar en materia tenemos que hacernos eco de un acontecimiento inesperado…
Y es que si en el
preámbulo de esta serie de psicoanálisis os decíamos que teníamos 10 casos
de estudio, más los 3 correspondientes a los redactores de La Catarsis, a día de hoy tenemos un total de… ¡17! Y os preguntaréis, ¿de dónde han
salido esos cuatro casos de estudio nuevos? ¿Acaso estáis haciendo trampas y
aceptando horrocruxes fuera de concurso? A lo cual nosotros os contestamos, con
cara de decepción, indignación, y de “Hombre
de poca fe, ¿por qué has dudado?”, que aunque no sería para nada extraño
que nos hubiéramos pasado las reglas por el arco del triunfo y hubiéramos hecho
una nueva colecta de horrocruxes de manera completamente ilegal, el origen de estas recién adquiridas listas
de horrocruxes es completamente distinto.
Al más puro estilo de ese primer acto de La Celestina cuyo manuscrito se encontró
Fernando de Rojas de manera casual, el otro día me hallaba yo plantando un pino
(literalmente, malpensados) en el jardín de mi mansión en las Tierras Altas de
Escocia cuando, cavando con una cuchara sopera (porque
mucha mansión, sí, pero luego para lo que son cosas útiles me quedó un
presupuesto nimio), me topé con algo duro.
- ¿Será un hueso de brontosaurio y podré, POR FIN, ver cumplido mi sueño de ser como Sam Neill en Jurassic Park? ¿Tendré el placer de encontrarme con un velocirraptor que sea capaz de abrir puertas (como mi gato)?
Lamentablemente, aquello “duro” con lo que me había topado
no era sino una caja de Frosties cerrada
cuidadosamente con cinta de carrocero. En su interior, aparte de tres ladrillos
y varias notas anónimas de esas con letras recortadas de los periódicos en las
que se me tachaba (y cito textualmente) de “Furcia”, “Síberet” y “Susia”,
encontré cuatro manuscritos con muchas faltas de ortografía, manchas de café y
miguillas del desayuno (creo que eran de magdalena, pero no puedo asegurarlo) en
los que había escritas sendas listas de
horrocruxes fechadas a 18 de marzo de 2013.
Como el 18 de marzo de 2013 fue la fecha de plazo máximo que
di en su momento para que los sujetos de estudio me mandaran sus listas y además
no tengo dinero suficiente para hacerle la prueba del Carbono 14 al mencionado
hallazgo, no me quedó sino añadirlas a las que ya tenía pendientes.
Y así, hijos míos, es como conocí a vuestra madre después
de ocho temporadas a cada cual más infumable me junté con 12 listas de
horrocruxes para analizar. Tras barajar la posibilidad de cortarme las venas
y/o renunciar a cursar el primer cuatrimestre del próximo curso con tal de
conseguir tiempo para dedicarlo al psicoanálisis estulto, acabé prometiéndome a
mi misma (y poniendo a dios por testigo, levantando el puño y todo –y la ceja
también, que sin ceja no hay manera de tratar de imitar, que no emular, a
Vivien Leigh) que de aquí en adelante publicaré
como mínimo un volumen de esta serie cada quincena. Intentaré no seguir el
ejemplo de nuestros políticos y cumplir esta promesa, pero en caso de que no
sea capaz, espero que sepáis ser benévolos conmigo.
(¿Benévolos?
¡Benévolos mis c******! ¡A LA HOGUERA CON ELLA!)
¿Qué significa toda esta parrafada que os acabo de soltar?
Pues que en lugar de los iniciales 5 o 6 volúmenes del Psicoanálisis Estulto no
Apto para Muggles, ahora serán un total
de 8 volúmenes. En el octavo y último (ya que espero no realizar más
hallazgos como este, aunque solo sea por salud), tiraremos la casa por la
ventana y analizaremos de golpe y porrazo todos los horrocruxes de los
redactores de La Catarsis. Así que id
pensando que si ya de por sí nuestras entradas son kilométricas, esa será más o
menos como la Biblia. O como Los pilares
de la tierra.
Y ahora vamos al grano: los Sujetos Número 5 y 6. Pero antes, breve repaso a las puntualizaciones de siempre:
1. Antes de cada análisis reproduciremos íntegramente la lista de horrocruxes que nos haya mandado el sujeto en cuestión, con explicaciones (en caso de haberlas dado) incluidas.
2. Al final de cada análisis se incluyen dos valoraciones, ambas puntuables sobre cinco: una de ellas mide el grado de trastorno psicológico del individuo (donde 1 = En sus cabales (¿?) / Gilderoy Lockhart; 2 = Ligeramente desviado pero inofensivo / Luna Lovegood; 3 = Integridad mental en riesgo / Sybill Trelawney; 4 = Necesita un psicólogo o dos / Alastor Ojoloco Moody; 5 = Caso perdido y suscriptor de por vida a La Catarsis / Myrtle La Llorona), y otra indica sus probabilidades de éxito en caso de abrazar la vida de Malo Malísimo (donde 1 = No hay nada que temer / Argus Filch; 2 = Un “quiero y no puedo” / Draco Malfoy; 3 = Le falta un hervor pero puede liarla parda / Lord Voldemort; 4 = Peligro asegurado / Bellatrix Lestrange; 5 = No existe salvación posible / Dolores Umbridge).
3. Todos nuestros diagnósticos están avalados por la Universidad de Rotterdam y por el equipo médico delVeterinarioDoctor Hugo Z. Hackenbush.
And now, for something completely different… ¡el primer caso de estudio del
día! Aquí os presentamos la lista de horrocruxes del Sujeto Número 5, en adelante Len.
SUJETO NÚMERO 5
- 1. Collar Yin-Yang: es así, y punto.
- 2. Peluche de Marsupilami: porque me lo regaló Mil215.
- 3. Tomo nº 18 de Shaman King: fue el primer cómic que me compré de Shaman King.
- 4. Collar de la vaina de una bala: porque me la regaló Dani.
- 5. Mi oráculo portátil: la felicidad que sentí cuando lo hice y lo llevé puesto no tiene límites.
- 6. Cartel de Beast hecho por mí: ¡el mejor concierto de mi vida!
- 7. Mi diario: llevo escribiéndolo desde los 8 años.
Antes de nada, y dada la presencia de esos collares y del diario, lo primero que se merece la lista de horrocruxes de Len es un…
Y si en la última entrega hablábamos de OBSESIONES al analizar los horrocruxes del Sujeto Número 3, en el
caso de Len vamos a tener que volver a traer el tema a la palestra: si algo
vemos claramente en esta lista es una obsesión
preocupante por lo ORIENTAL…
Podríamos justificarla diciendo que se debe, como era el caso de Indiana, a un
trauma de la infancia, y que ver Mulán
muchas veces seguidas no es bueno, pero en el caso de Len la obsesión parece
tener una raíz mucho más curiosa:
- Collar Yin-Yang: bla bla bla taoísmo,
bla bla bla filosofía oriental, bla bla bla sistema de opuestos, bla bla bla
dualidad. Sí, todo muy bonito, muy zen
y muy todo lo que vosotros queráis. Pero estáis olvidándoos de algo
importantísimo, y es que el gusto por este símbolo también puede significar una
DESVIACIÓN MENTAL
ERÓTICO-ZOOFÍLICO-FESTIVA de proporciones épicas. ¿Que por qué? ¿Acaso
nadie ha visto Me llamo Earl?
- ¿Y ese tatuaje del yin-yang? ¿Te has vuelto espiritual, o algo?- ¿Esto? Yo creía que eran dos renacuajos foll*ndo.
El hecho, además, de que Len no quiera dar explicaciones con
respecto a la elección de este horrocrux debería despertar aún más nuestras
sospechas. ¿Nos encontramos, acaso, ante un ninfómano? ¿Ante un ninfómano
zoofílico? ¿Ante un ninfómano
zoofílico de ojos rasgados? ¿Qué opina de esto la Wikipedia?
Opina que estoy desinformada, ya que el término “ninfómano” como tal no existe y
en caso de ser el Sujeto Número 5 un hombre habría que calificarlo de sátiro o satiriaco (que padece de satiriasis).
Dicho lo cual, ¿nos encontramos ante un Filoctetes
oriental?
- Tomo nº 18 de Shaman King: para los de la LOGSE, Rey Chamán. Para los listos muy
listos herejes comprensores del idioma de Satán superdotados
entes superiores frikis, シャーマンキング. Shaman King, tras una
búsqueda rápida en Google, parece una serie manga (gitana) de esas en
las que aparece gente de rasgos raros y pelos de colores y que, llevada al medio audiovisual, utiliza
un idioma del averno, incomprensible. Si el simple hecho de que te guste una
cosa así no está considerado trastorno
psicológico de clase A (de “Agárrate-y-no-te-menees”) perderé la fe en la
psicología. Además, ¿por qué el tomo 18
de semejante despropósito? Quiero decir, lo normal es comprar el primer tomo de
una colección, ¿no? ¿Qué oscuro
propósito se esconde tras una acción como esa? Si le echamos un vistazo a
la portada de dicho libro nos encontramos con esto:
No sé a
vosotros, pero a mí –como historiadora del arte en proceso y con la experiencia
que me otorga el haber hecho análisis de imágenes hasta la saciedad– me parece
que es todo muy puntiagudo y, por ende, demasiado agresivo como para aceptar que
la elección de este tomo haya sido casual. Además, lo de que los colores usados
en la composición no sean cálidos también da que pensar. Para colmo aparece un señor con una máscara de pájaro que
se me antoja un tanto inquietante (¡qué aliteración más bonita me ha salido!).
Y para terminar de rizar el rizo, si sumamos los dígitos que componen el número
del tomo (1+8) el resultado es 9,
número que como todos sabéis, si se gira 180º
y se le añaden dos cifras iguales nos da… ¡en efecto, el NÚMERO DE LA BESTIA: 666! ¿Casualidad? ¡NO LO CREO!
- Oráculo portátil: ya metidos en faena
hemos descubierto que a lo que Len hace referencia con este horrocrux es a un
objeto también llamado Oráculo
virtual y que guarda directa relación con el Shaman King este del que venimos hablando desde hace rato. ¿Qué es
un oráculo portátil/virtual? Según esta página de
dudosa reputación, se trata de un “aparato que fue creado para utilizarlo
en el Torneo de Shamanes. Sirve para
conocer todos los datos sobre esta”. Obviando los errores de concordancia de
género y la paupérrima redacción de la frase, lo único que nos queda claro es
que LA MENCIÓN DE UN CACHARRO ASÍ HUBIERA SIDO CONSIDERADA HEREJÍA POR LA SANTA
INQUISICIÓN. ¡Y además el oráculo en cuestión es manufacturado! Ergo de lo mínimo que podemos tachar a Len es de BRUJO.
- Cartel de Beast: siendo inocentes podríamos
pensar que ese “Beast” es un
anglicismo pijo para hacer referencia a la Bestia de La bella y la bestia. Pero no os confiéis, porque aquí hay una
prueba más de esa obsesión orientalizante
que venimos tratando. Al parecer, Beast
(o B2ST) hace referencia a un grupo
de música surcoreano formado por señores surcoreanos que tienen nombres de esos
que parece que has tirado una lata al suelo y has escrito el sonido que ha
hecho, poniendo muchas consonantes líquidas, nasales y oclusivas velares de por
medio (v. g. Yoon Doo Joon, Jang Hyun
Seung, Yong Jun Hyung, Lee Gi Kwang). ¿Qué podemos deducir de todo esto? Obviamente,
nada bueno. Aparte de dar por hecho
que las canciones de los susodichos Beast,
reproducidas al revés seguro que tienen mensajes
satánicos a punta pala (pero eso no es nada nuevo: los de Led Zeppelin ya
lo hicieron en Stairway
to Heaven) podemos elaborar la teoría de que el éxito que está
cosechando el Kpop en estos últimos
tiempos se debe a que esta música contiene mensajes
subliminales que incitan a sus legiones de fans a solidarizarse con la causa surcoreana, lo que querría decir
que… ¡Corea del Sur estaría reclutando un ejército para ajustarle las cuentas a
Corea del Norte! ¡Y eso significaría que Len es un SUJETO AL QUE LE HAN LAVADO EL CEREBRO! ¡Menudo descubrimiento!
Eh, pero le habrían copiado la idea a Los Simpson. Eso
no vale.
En fin, dejando a un lado el peliagudo berenjenal en el que
nos hemos metido sin comerlo ni beberlo, vamos a sopesar ahora el potencial de Len como criminal.
Teniendo en cuenta que lo del lavado cerebral ha sido una teoría catártica sin
fundamento y cuya veracidad no tenemos manera de probar, vamos a fijar
nuestra atención en cosas más tangibles.
Como, por ejemplo, la elección de una vaina de una bala como horrocrux. Aunque Len intente maquillar este
horrocrux diciendo que es un “collar”, no podemos ignorar el hecho de que sigue
siendo una vaina de una BALA. ¿Diagnóstico? PERVERSIÓN ARMAMENTÍSTICA y POSICIONAMIENTO
A FAVOR DE LA VIOLENCIA. Claramente. Pero tampoco debemos alarmarnos,
porque el hecho de que un Malo Malísimo cuente con un arsenal inagotable de
armas a su disposición no tiene por qué convertirle en un malo mejor que uno
que se dedique a la tortura psicológica. Aunque desde luego, es un detalle muy
a tener en cuenta…
No sabemos de dónde está sacado este GIF, pero viene a cuento no solo por el tema armamentístico, sino por el delirio oriental. |
Y vamos a por el único horrocrux al que todavía no hemos
hecho mención: el peluche de Marsupilami. Parece
un horrocrux completamente inofensivo, ¿verdad? ¡Yo no diría tal cosa! No solo
hay que tener en cuenta que procede de una tal “Mil215” –y a saber qué malévolas intenciones puede tener alguien
que se hace llamar mediante un número–,
sino que Marsupilami está lejos de
ser un bicho inofensivo. Era más
bien un poco GAMBERRO e HIPERACTIVO, y como es lógico y normal
que los sujetos de estudio elijan cosas con las que se identifican para guardar
fragmentos de su alma, podemos arriesgarnos a decir que Len comparte estas
características con Marsupilami. Y para terminar de corroborar el potencial
malvado de un bicho de estos: ¿os imagináis todos los usos violentos que pueden
dársele a esa cola rabo apéndice colgante de longitud
considerable NO ENCUENTRO NINGUNA MANERA DE DECIRLO Y QUE NO PAREZCA QUE
ESTOY DICIENDO UNA GUARRADA ME RINDO cola? Si todavía hubiera
elegido un peluche de la Pantera Rosa, quizá podríamos hacer la vista gorda,
pero… ¡no!
En el caso de Len, su alter
ego maligno está claro: el Señor
Chang de Community bien podría
ser el dueño de esta lista de horrocruxes. Comparten el aspecto orientalizante,
el trastorno psicológico más o menos severo, el gusto por las armas… ¡todo!
CONCLUSIÓN: una
vez analizados los horrocruxes de nuestro amigo Len, en lo que a grado de
trastorno psicológico vamos a darle un…
3 = INTEGRIDAD MENTAL EN RIESGO
Tal vez Len no esté tan loco como el equipo directivo de La Catarsis, pero seamos honestos: su
obsesión con Oriente es bastante más preocupante de lo que podía parecer en un
principio. Afortunadamente, salvando ese punto flaco el intelecto de Len parece
estar intacto (aunque dependiendo del número de horas de Marsupilami que se tragara en su tierna infancia, cabe la
posibilidad de que Len tienda a un nivel 4 en nuestra escala de trastorno
psicológico). En cualquier caso, recomendamos una terapia de choque radical
para evitar acabar llevando a cabo acciones beligerantes en el continente
asiático: visionar muchos vídeos de Manolo Escobar y el Fary, bailar sevillanas
dos veces al día e ingerir una porción generosa de tortilla de patatas EN TODAS
LAS COMIDAS (véase: desayuno, tentempié de media mañana, almuerzo, merienda,
segunda merienda, cena y tentempié de la madrugada) durante dos semanas.
Y ahora, en lo que a probabilidades
de éxito en caso de abrazar la vida de Malo Malísimo se refiere, Len se
merece un…
4 = PELIGRO ASEGURADO
Ahora en serio: tanto detalle relacionado con el satanismo y
la brujería no puede ser bueno. Vale que el 90% de nuestro diagnóstico dependa
del buen saber interpretar del analizador de turno (y errare humanum est, ya se sabe), pero eso supone que al menos un
10% de lo que decimos es cierto. Y a mi ese 10% se me antoja más que
suficiente, al menos en el caso de Len, como para tener mucho miedo. Más aún si
pensamos en ese más que probable arsenal ilimitado de armas que el Sujeto
Número 5 ha insinuado tener. E imaginad que, para colmo de males, es cierto que
tiene una cola rabo NO EMPECEMOS OTRA VEZ cola larga y
prensil capaz de asfixiar a doce personas de golpe, cual anaconda… ¡no habría
salvación posible!
Y ahora tomad aire, id a estirar las piernas, acercaos a la
nevera a por un refrigerio, descansad los ojos un rato y preparaos, porque aquí
llega el segundo caso de estudio del día: ¡el Sujeto Número 6, en adelante Mr.
Dufresne!
SUJETO NÚMERO 6
Suponiendo que conozco las artes
oscuras, y mi meta es conseguir la inmortalidad a base de dividir mi alma en
siete partes (pues 7 es el número mágico más poderoso, eso lo sabe todo el
mundo) y convertirme así en el archiliche definitivo, lo primero que haría es
no escribir esto, pero como mis conocimientos arcanos no parecen progresar:
¿Cómo
elijo mis horrocruxes?
Lo primero, deben ser 6. Así, mi alma
estaría dividida en siete partes: seis en los horrocruxes y una en mí. Hacer
siete horrocruxes es un despropósito, no salen las cuentas. Escogeré cosas que
sean difíciles de encontrar, difíciles de destruir, que pueda comprobar que
están en buen estado con facilidad y, como soy un villano típico y con mucho
estilo, cosas que sean cercanas a mí, sean míticas, majestuosas, etc.
Cumplir con todas estas cualidades es
complicado, así que busco objetos que reúnan todas las características
posibles.
- La Luna: difícil de destruir, y puedo comprobar dónde está solo mirando al cielo. Genial. Convertirla en contenedora de un séptimo de mi alma puede parecer complicado, pero suponiendo un poder equiparable al de Aquel-que-no-debe-ser-nombrado, que puede volar, solo me hace falta un traje espacial.
- Un Nokia: todos hemos oído hablar de la dureza de este móvil, mientras no tenga a Chuck Norris de enemigo todo irá bien. Y lo puedo esconder en cualquier sitio.
- Un dado de 20 caras: siempre podré preguntarle a este séptimo qué le parece algo en una escala del 1 al 20.
- El cable que, si lo cortas, explota la bomba: así, cuando intenten destruirme, me llevo a alguien por delante. ¡Cuánto drama tendrá la escena!
- Un cromo del profesor Oak: es jodidísimo de encontrar y, ¿quién lo destruiría? ¿Tú? Ni de coña.
- Para el último objeto ni idea. Seguramente le preguntaría a Jordi Hurtado cuáles son los suyos.
…
… …
… … …
¿Podemos asignarle a Mr. Dufresne ya, de golpe y porrazo, un cinco en ambas escalas, cerrar La Catarsis para siempre, y hacer las
maletas para huir al planeta habitable más cercano lo antes posible?
Vale, no: serenémonos. A lo mejor no es tan malo como
parece. Tengamos en cuenta que, salvo raras excepciones, ponemos a los casos de
estudio como malos malísimos para acabar dándoles puntuaciones ínfimas en
nuestras escalas de maldad. Quizá si sometemos los horrocruxes de Mr. Dufresne
a un psicoanálisis exhaustivo acabamos descubriendo que es más bueno que el
pan. Así que, ¡que no panda el cúnico!
Para empezar a calmar los ánimos del personal deberíamos traer
a colación la frase que culmina el primer párrafo del texto que nos mandó Mr.
Dufresne: “mis conocimientos arcanos parecen no progresar”. Algo
es algo, ¿no? ¡No! Porque líneas más abajo Mr. Dufresne se confiesa un
“villano típico y con mucho estilo”. ¿Nos encontramos tal vez ante un claro TRASTORNO DE DOBLE PERSONALIDAD? ¿O quizá
Mr. Dufresne solo estuviera tratando de colarnos gato por liebre para que
bajáramos nuestras defensas, descubriéndose así como un MAESTRO DEL ENGAÑO?
La cuestión es que si seguimos adelante nos topamos con que
Mr. Dufresne ha sido el único sujeto de estudio que se ha dado cuenta de lo descabellado que resulta elegir siete
horrocruxes. ¿Por qué falló Voldemort estrepitosamente en su intento de
conquistar el mundo mágico? ¿Porque se le interpusieron Harry Potter & Cía.?
¡Pamplinas! ¡Falló porque cometió el descuido de crear un séptimo horrocrux
(aunque, vale, fuera de manera involuntaria)! ¿Por qué creéis que le hemos dado
solo un 3 en nuestra particular escala de maldad? Porque Voldemort es un malo un poco chapucero. ¿Acaso pensáis que alguien
como, pongamos por caso, Dolores Umbridge se hubiera permitido cometer tamaño
error? Obviamente, no. Por tanto nos encontramos con que Mr. Dufresne es el
no-va-más en lo que a MENTE CALCULADORA se
refiere.
Por si fuera poco, y esto es algo que puede haberos pasado
desapercibido a muchos, Mr. Dufresne nos ha entregado una lista de horrocruxes
particular en lo que al punto de vista de la estructura se refiere. ¿Por qué?
Porque Mr. Dufresne no comienza directamente a relatarnos cuáles van a ser sus horrocruxes,
sino que nos plantea una introducción.
¿Y quién en su sano juicio, a menos que haya sido previamente pervertido por múltiples
trabajos universitarios, escribe una introducción así, porque sí? ¡Nadie! LAS
PERSONAS QUE ESCRIBEN INTRODUCCIONES A LAS COSAS NO SON DE FIAR. No ya solo
porque lo decimos nosotros, porque sí o porque
lo pone en la Biblia, sino también porque escribir introducciones es claro
indicativo de que se tiene muy bien
amueblada la cabeza. En resumen: Mr. Dufresne, además de tener una mente
calculadora, es un tipo ORDENADO.
Peligrosa combinación…
Pero vayamos al grano: los horrocruxes. Debemos admitir que,
para nuestro gusto, el primer horrocrux que ha seleccionado Mr. Dufresne supone
una enorme equivocación. Elegir la
Luna como horrocrux puede sonar, de primeras, muy épico, muy místico, muy
romántico y muy todo lo que vosotros queráis, pero también denota una CLARA FALTA DE CONOCIMIENTOS REFERIDOS AL
CINE DE ANIMACIÓN ACTUAL. (–Esta sección cada vez tiene menos
coherencia. ¿A qué viene eso de considerar cualquier cosa como un trastorno
psicológ-… –¡ESTA ES MI SECCIÓN Y ME LA F**** INVENTO LAS COSAS CUANDO Y
COMO QUIERO!) Y es que si Mr. Dufresne hubiera visto Gru, mi villano favorito sabría de sobra que la Luna está ya muy solicitada por malos de diversa
condición, lo cual la vuelve, a nuestro juicio, demasiado vulnerable como para
ser un buen horrocrux. Estamos seguros de que a Mr. Dufresne no le haría mucha
gracia que un séptimo de su alma fuera pasando de villano en villano, expuesto
al uso de rayos reductores, rayos destructores, Estrellas de la Muerte
(¿Estrellas de la Muerte?), Inators
como los del Dr. Doofenshmirtz, etc. ¡Para que luego digan que el cine de
animación no sirve para nada!
Para compensar esta pobre elección, Mr. Dufresne se corona,
a nuestro juicio, como VERDADERO CEREBRO
DEL MAL y dueño de una MENTE
RETORCIDA DONDE LAS HAYA al poner entre sus horrocruxes un Nokia. Y es que todos sabemos que los
Nokia son indestructibles. Pese a
todo, podía ser peor: por fortuna, Mr. Dufresne no especifica qué modelo de
móvil escogería para guardar un pedacito de su alma (aunque probablemente lo
haga con el objetivo de dificultar su búsqueda). Si hubiera hecho mención al Nokia
3310 sí que deberíamos haber empezado a correr.
En cualquier caso, queridos stultos, cabe la posibilidad de que el teléfono que contenga un
séptimo del alma de Mr. Dufresne sea en efecto el ya mencionado 3310, y de eso solo Chuck
Norris podría librarnos (ni veneno de basilisco ni nada, eso son todo
leyendas sin fundamento). ¡Así que mucho cuidado con Mr. Dufresne!
Prosigamos.
Lo del dado de 20 caras podría sonar ciertamente inofensivo a la par que inusual e inquietante.
Para los muggles no iniciados en el fascinante
mundo de los dados, diremos que (¡oh, maravilla!), no solo existen dados de 6 caras. Sí, sí, lo sabemos, es una
noticia desconcertante: siéntese, abaníquese con lo que tenga más a mano (exceptuando
al gato, que araña), respire profundamente un par de veces y, en caso de no albergar
expectativas de jugar a algo más que el Parchís, la Oca o el Trivial en lo que
le queda de vida, trate de olvidar lo que acaba de leer. El dado de 6 caras
siempre estará ahí para ayudarle. Ahora, cierre esta página de su navegador y
vuelva al mundo real.
El caso es que lo de preguntar cosas a pedazos de alma suena
a videncia extrema,
pero sobre todo apesta a FRIKISMO PURO Y
DURO. Como ya dijimos en su momento cuando analizamos a nuestro Sujeto
Número 1, los frikis son una especie
destinada a dominar la Tierra (y el resto del universo conocido y por
conocer). Pero en el caso de Mr. Dufresne, el grado de frikismo alcanza un
nivel distinto y nos lleva a referirnos a juegos
de rol. No tenemos tiempo de ponernos de contar qué son los juegos de rol
(además, nunca podríamos ofrecer una explicación mejor que la de la Frikipedia
al respecto), como tampoco nos podemos permitir el lujo de introduciros en
materia de dados de rol,
pero sí podemos decir, citando a la misma Frikipedia,
que “el dado de veinte es el dios
absoluto de los dados”. No hace tanto daño, al ser pisado, como el dado
de cuatro caras (que compite con las piezas de Lego en el primer puesto del
ranking del dolor), pero en manos de un Master, y dios quiera que
Mr. Dufresne no sea uno, puede
convertirse en un arma verdaderamente temible. Por supuesto, el hecho de
que Mr. Dufresne fuera un Master nos pondría en conflicto con la Roligión, y la
elección del dado de veinte caras podría adoptar dimensiones que escapan a la
comprensión humana y desatarían el caos dentro de este blog al chocar con la
doctrina impuesta por el Monstruo
del Espagueti Volador… (y si tal cosa llegara a tener lugar, ríete tú de las
guerras entre moros y cristianos). De modo que dejamos el tema en que Mr.
Dufresne es UN FRIKI DE ALTO RANGO,
y eso es malo.
Otro trastorno del que hace gala Mr. Dufresne es el SADISMO. Dejando a un lado el hecho de
que la elección del cable de la bomba es –cómo no– rebuscada y está muy bien pensada, alabar el dramatismo de una
escena que consiste en ver volar en pedazos a una persona no deja de
antojársenos algo macabro. Aunque
tampoco hay que tomarse esto como una crítica, ¿eh? Para gustos los colores.
Los hay que disfrutamos viendo cuadros en un museo y los hay que disfrutan
viendo saltar por los aires trozos de ser humano… pero hay que querernos a
todos por igual.
(AVISO DEL EQUIPO DIRECTIVO DE LA CATARSIS: Sentimos informarles de que la redactora
habitual de esta sección, 1215, no
está emocionalmente capacitada para analizar el siguiente horrocrux de la lista
de Mr. Dufresne: el cromo del profesor Oak.
Tras someterse a un programa intensivo de cuidado psicológico durante tres semanas
la víctima no ha recuperado el habla aún.
Los doctores consideran que la salud mental de la paciente sigue en estado
crítico y que le llevará un tiempo (de 5 a 11 meses) reponerse completamente
del shock. No obstante, incontables
horas de terapia han conseguido que 1215 sea capaz de resumir su reacción ante
la lectura del horrocrux de Mr. Dufresne mediante las siguientes imágenes:
Rogamos tengan en
consideración el efecto causado por este horrocrux particular sobre 1215 a la
hora de juzgar el nivel de maldad de Mr. Dufresne.)
En lo que a la última elección se refiere, delegar la misma
en la figura del grandioso Jordi Hurtado
nos parece un movimiento habilísimo (todo
el mundo sabe que Jordi Hurtado es inmortal, ergo sus horrocruxes deben ser la
repanocha), a la par que un claro síntoma de VAGANCIA EXTREMA. Probablemente la seguridad que le otorga el
saberse dueño de cinco horrocruxes
prácticamente perfectos ha hecho que la elección del sexto le parezca una
nimiedad. Nos encontramos ante un Mr. Dufresne SEGURO DE SÍ MISMO, CONFIADO,
plenamente CONSCIENTE DE SU PODER y de su clara SUPERIORIDAD.
¿Hay algún malvado al que podamos comparar a Mr. Dufresne? Obviamente
hay pocos que cumplan con todas las características que hemos ido señalando en
nuestro Sujeto Número 6, pero si tuviéramos que elegir a uno nos quedaríamos
con el Light Yagami de Death
Note. Mente brillante, calculadora, ordenada y retorcida, conciencia
del propio poder y superioridad, cierta vena sádica… Quizá (¡y solo quizá!)
Light no sea tan friki como Mr. Dufresne, pero teniendo en cuenta que es un
personaje salido de un manga japonés, creo que podemos hacer la vista gorda.
CONCLUSIÓN: tras
analizar los horrocruxes de Mr. Dufresne,
en lo que a grado de trastorno
psicológico vamos a darle un…
1 = EN SUS CABALES (¿?)
No sé a vosotros, pero a nosotros no nos ha dado la
impresión de que Mr. Dufresne esté fuera de sus cabales. Sus horrocruxes pueden
ser más o menos rebuscados, pero no dejan ver trastornos psicológicos severos
más allá de su evidente maldad. Podemos deducir, pues, que Mr. Dufresne es
dueño de una mente perfectamente lúcida y poco salpicada de la estulticia que
impregna este blog… al menos, de momento. Aunque, como siempre, prestarse
voluntario para ser analizado en La
Catarsis es motivo suficiente como para considerar que el sujeto en
cuestión corre el riesgo de acabar en el lado oscuro… ¡así que más le vale no
confiarse!
Sin embargo, en lo que a probabilidades de éxito en caso de abrazar la vida de Malo Malísimo se
refiere, Mr. Dufresne se ha ganado con creces un…
5 = NO EXISTE SALVACIÓN POSIBLE
Estaba claro, ¿no? Esta vez no nos hemos marcado un farol.
Mr. Dufresne es, de momento, el sujeto
más peligroso que ha pisado La Catarsis.
Obviamente, nuestra promesa de confidencialidad nos impide revelar su nombre y
advertiros contra él. Lo único que podemos aconsejar es tener una maleta
siempre preparada cargada con ítems básicos para asegurar la supervivencia (una
muda de ropa interior, una navaja suiza, una baraja española, un boli BIC, diez
metros de cuerda y El Quijote), por
si algún día hay que huir del país/continente/planeta. Nadie está a salvo con
gente como Mr. Dufresne pululando a sus anchas por este mundo. Luego no digáis
que no os avisamos.
Y con esto y un bizcocho nos despedimos hasta dentro de un máximo de quince días, cuando volveremos con el volumen 4 del Psicoanálisis Estulto no apto para Muggles y nuestros Sujetos Número 7 y 8. Siempre y cuando, claro está, Mr. Dufresne no se apodere del mundo antes de dicha fecha… cosa que no nos extrañaría que ocurriera.
En caso de catástrofe mundial, sabed que La Catarsis Erasmista se enorgullece de
haberos tenido como lectores asiduos, aunque nos duela en el alma que os de
alergia comentar en el blog. No podía faltar una pullita para poner punto final
a la entrada.
¡Pastad ociosos, estultos de nuestros amores!
Y recordad:
Y procedo a dejar mi comentario en est.... ¡POR DIOS SANTO QUE ACABO DE LEER! ¡AY MADRE QUE MIEDICO!
ResponderEliminarTengo que confesar que me costó pasar de los primeros párrafos de la entrada porque me reía cada dos frases. Cuando estuve leyendo el análisis de Len me lo pasé chachi piruli con la mención a mis BESTIAS *da palmitas cual foca* pero luego empezó lo malo...
Escalofríos recorrían mi espalda leyendo los horrocruxes de Mr. Drufesne... Ojala tuviera colmillos de basilisco cerca ¡Por Dios santo! Un NOKIA... Evitaré mencionar cierto cromo con el que cierta persona no puede completar su colección de cromos pokémon.
¿Qué más se puede decir después de lo que he leído? Pues... ¿CAVANDO CON UNA CUCHARA SOPERA? Venga ya, nadie que tenga una mansión en las Tierras Altas de Escocia puede andar sin pala... Una miserable pala ¿Quien se puede permitir una mansión y no una pala?
Dejando eso aparte ¡Deje de destrozar los jardines con cucharas soperas! Como encuentre más lista en cajas de Froties mal vamos... Lo digo por su bien a mi ME DA IGUÁ... No soy yo la que tiene que escribir las entradas *risa maligna*
"En caso de catástrofe mundial, sabed que La Catarsis Erasmista se enorgullece de haberos tenido como lectores asiduos, aunque nos duela en el alma que os de alergia comentar en el blog. " YO SÉ QUE ESTO NO VA POR MI... YO SIEMPRE COMENTO... Aunque lamentablemente no siempre sea la primera *levanta el puño indignada*
Bueno... Termino ya el comentario, solo espero ver más menciones a mis BESTIAS por estos lares más a menudo *tira bola de humo y se desvanece con una risa maligna*
¡Esto SÍ que es un comentario! Y Srta. Ramos, sabe que las quejas a este respecto no van dirigidas contra su persona.
EliminarIntentaremos traer a sus BESTIAS a colación con una mayor frecuencia, aunque no podemos prometer nada. Todo dependerá de los horrocruxes que quedan por analizar...
¡Gracias por su comentario! :)
Vector es amigo mío, y el Dr.Gru es un triste, le manda el trabajo sucio a 3 niñas pequeñas, ¿Crees que se pueden comparar con mi maldad?
ResponderEliminarY por cierto, se que a Len le has puesto esas notas porque son las que más cuadran con su peinado XD.
ResponderEliminarAhí me has pillado...
Eliminar¡Pero lo de la Luna sigue sin convencerme!
Es el jodido mejor blog del mundo. Os agradezco cada una de las risas que me provocáis cada vez que os leo.
ResponderEliminar"¿Tendré el placer de encontrarme con un velocirraptor que sea capaz de abrir puertas (como mi gato)?" <--- Me ha explotado la mente jajaj
Lo de que mi gato abre puertas es totalmente cierto. Algún día me haré con una cámara decente y lo grabaré, para que todos me creáis.
Eliminar¡Gracias por el piropo, Kelpie! ¡Nos alegra que te guste! :)
pero pero pero PERO QUÉ CLASE DE PERSONA ES EL SUJETO NÚMERO 6?¿?¿?¿? miedo profundo y absoluto a lo que pueda lograr de aquí a....un día¡¡¡¡¡ (en realidad me preocupa hasta lo que pueda hacer en 20 minutos, y como desconozco su identidad, vamos a poner que me aterroriza incluso lo que pueda hacer dentro de 10 segundos)
ResponderEliminarA parte de este shock profundo, y la constatación de que todos nos hemos quedado tiesos con el hecho de que deberíamos haber pensado 6 y no 7 contenedores (somos muy tontos..."(acento catalán) es de ser inútiles"), he de decir que he tenido que hacer serios esfuerzos para contener la risa y no molestar a mi aplicada hermana que estudia al lado.
Debería haber seguido el consejo de no lee....PERO QUÉ COJONES ESTOY DICIENDO yo no paro de leer esto ni muerta. Será mi asunto pendiente y no podré ir al más allá, aunque me quedaré vagando por ahí tan tranquila atravesando paredes, o intentaré conocer a Casper o ya veré...
Me muero de impaciencia por leer la próxima entrada, a pesar de que aquí vamos de mal en peor, y empiezo a pensar que deberíamos meternos todos debajo de las sábanas de nuestras respectivas camas, porque todo el mundo sabe que esas no las atraviesa ni Cristo ni el demonio ni Chuck Norris y ni siquiera Mr. Dufresne¡¡¡ (ahora que reflexiono (qué raro) tendría que haber usado mi sábana como horrocrux...DAMMIT¡¡¡¡¡)
P.D. que sepas que no me creo lo de la caja de Frosties, HAS ACEPTADO HORROCRUXES FUERA DE PLAZO¡¡¡¡¡ o te la han colado porque bien pueden estar fechadas a 18 de marzo pero haber sido redactadas el....25 de julio?¿? o el 40 de mayo¡¡¡¡¡
De momento, deberíamos dar gracias por seguir vivos. No creí que después de publicar esta entrada Mr. Dufresne fuera a dejarnos seguir campando a nuestras anchas por este mundo...
Eliminar¡Ahá! ¡La sábana era una buena opción como horrocrux, Julia! ¿Cómo no lo pensaste antes?
Y no oiga, no: YO SOY UNA PERSONA LEGAL. Jamás aceptaría cosas fuera de plazo. ¿¡Por quién me habéis tomado!?