jueves, 12 de diciembre de 2013

Psicoanálisis estulto no apto para muggles, vol. IV



Lo prometido es deuda: una quincena después de la última entrega volvemos a La Catarsis con el volumen 4 del psicoanálisis estulto. ¡Regocijaos, hermanos!

Aunque nos gustaría que mostrarais un júbilo semejante al de Hagrid ante la publicación de esta entrada...

... sabemos que en realidad sois más como Hermione.

(¿Ha colado? ¿Sí? ¿De verdad? ¿Nadie se ha dado cuenta de que en realidad estamos publicando esta entrada CON UN RETRASO TREMENDO?)

Me gustaría poder decir que con esta entrada hemos llegado al ecuador de esta sección (como ya os dije, en principio iban a ser un total de ocho entregas), pero he estado planteándome una cuestión peliaguda.

Teniendo en cuenta que la extensión media del psicoanálisis (en formato Word a Times New Roman 12 e interlineado 1,5) es de cinco páginas por caso de estudio, lo cual ya da lugar a entradas kilométricas en Blogger, cuando abordemos la última entrega de esta sección, que incluirá el análisis de los horrocruxes de los tres miembros fundadores de La Catarsis, mucho me temo que la longitud de la entrada puede ser extrema. Extrema nivel la suma de todos los libros que componen la saga Canción de hielo y fuego en edición bilingüe (con el texto en inglés y en alemán, y con notas del autor a pie de página).

"Sí, sí, claro que leo La Catarsis Erasmista. De hecho estoy pensando en introducir en ASOIAF un personaje basado en Erasmo de Rotterdam... para luego matarlo vilmente, claro."

Ante semejante panorama, y siempre pensando en el bienestar y el confort de nuestros lectores (faltaría más), he pensado en tirar la casa por la ventana y, en lugar de dedicar una sola entrada a los horrocruxes de los miembros de La Catarsis, hacer tres entradas individualizadas. Así, además de tener la oportunidad de explayarnos en el psicoanálisis de estos sujetos sin cansaros la vista y produciros deseos de arrancaros los ojos, podremos profundizar más en la figura de los tres redactores de este blog. Y ponerlos verdes sin piedad, por descontado.

En vuestras manos, queridos stultos, está la elección. Con el fin de conocer vuestra opinión he creado una pequeña encuesta que podéis encontrar al principio de la barra lateral izquierda del blog. Tenéis los quince días (Ah, ¿pero que todavía tienes la JETA de prometer otra entrada dentro de quince días, visto lo visto?) que median entre la publicación de este volumen y del siguiente para votar. ¡Si no ejercéis vuestro derecho al voto no oséis quejaros cuando colguemos entradas insultantemente largas!



Y ahora vamos a lo que importa: hoy os traemos el análisis de los Sujetos Número 7 y 8. Pero antes, y como ya es costumbre, daremos un pequeño repaso a nuestras puntualizaciones de siempre (no sea que alguien no se haya leído ninguna de las no una ni dos, sino tres, entregas anteriores):

1. Antes de cada análisis encontraréis reproducida íntegramente la lista de horrocruxes que nos haya remitido el sujeto de estudio, con las correspondientes explicaciones (en caso de haberlas dado) incluidas.
2. Al final de cada análisis se incluyen dos valoraciones, ambas puntuables sobre cinco: una de ellas mide el grado de trastorno psicológico del individuo (donde 1 = En sus cabales (¿?) / Gilderoy Lockhart; 2 = Ligeramente desviado pero inofensivo / Luna Lovegood; 3 = Integridad mental en riesgo / Sybill Trelawney; 4 = Necesita un psicólogo o dos / Alastor  Ojoloco Moody; 5 = Caso perdido y suscriptor de por vida a La Catarsis / Myrtle La Llorona), y otra indica sus probabilidades de éxito en caso de abrazar la vida de Malo Malísimo (donde 1 = No hay nada que temer / Argus Filch; 2 = Un “quiero y no puedo” / Draco Malfoy; 3 = Le falta un hervor pero puede liarla parda / Lord Voldemort; 4 = Peligro asegurado / Bellatrix Lestrange; 5 = No existe salvación posible / Dolores Umbridge).
3. Todos nuestros diagnósticos están avalados por la Universidad de Rotterdam y por el equipo médico del Dr. Rumack.




Dicho lo cual nos zambullimos sin más dilación en el estudio de nuestro primer caso de hoy, el Sujeto Número 7, en adelante Sally.


SUJETO NÚMERO 7

De entre mis horrocruxes,  la mayoría son objetos sentimentales, elección un poco tonta y ñoña pero qué le vamos a hacer...
1.      Una piedra blanca de playa: la cogí en Asturias en una playa perdida de la mano de dios. Me gusta porque es suave y parece que ha sido tallada.
2.  Una nariz de payaso de plástico: de mi primer y único viaje fuera de España (concretamente a Francia).
3.    Un gato de peluche: lo tengo desde los 3 años y sigue pululando por mi habitación tan campante, le tengo mucho cariño.
4.    Una caja rusa: es una caja de madera que para abrirla hay que accionar correctamente distintas partes de la misma en un orden determinado. Esto como horrocrux sería jodido de eliminar.
5.     Una cruz de madera: es rara, una cruz grande con otras cuatro más pequeñas alrededor. No soy creyente ni nada, pero me la regaló alguien cuando no tenía ni conciencia de mi existencia, así que supongo que la conservo porque siempre ha estado ahí. 
6.   Una piedra “ojo de tigre”: otro regalo especial, me encanta porque si se pone al sol se ve que tiene unas vetas que se asemejan al pelo de tigre, de ahí el nombre.
7.  Mi perra Doris: a ver, si Voldemort ya usó como horrocrux a Nagini a pesar de ser un ser vivo, yo no voy a ser menos. Además, por algo dirán que el perro es el mejor amigo del hombre...

¿Por dónde empezamos? Para ser sinceros nos asustaba esa alusión al sentimentalismo el principio de la lista (aunque nadie puede competir con Malévich en ese campo y, en cualquier caso, nosotros a estas alturas ya estamos curados de espanto).  No obstante, cuando ya teníamos preparada una pestaña en Google Imágenes con fotografías desagradables (uñas amarillentas de los pies, sándwiches con moho, modelos esqueléticas de esas a las que puedes verterles sopa en el hueco de la clavícula, políticos españoles, etc.) para combatir los subidones de azúcar que nos provocan los horrocruxes ñoños, nos encontramos con que los de Sally no eran para tanto. ¿Qué pretendía Sally, pues, lanzándonos una falsa advertencia? ¿Pretendía confundirnos? ¿Engañarnos? ¿O simplemente quería que la tratáramos con benevolencia?

¿Por quién nos tomáis? Los redactores de La Catarsis somos unos machotes, a nosotros solo nos enternecen cosas como esta y los posts de cachorritos en Tumblr.

A esta mentirijilla que nos coló Sally al principio de su lista de horrocruxes se sumó otra más gorda: al hacer referencia a su segundo horrocrux, Sally dice que solo ha viajado una vez al extranjero, concretamente a Francia. Pues bien, amigos, en La Catarsis tenemos la CERTEZA ABSOLUTA de que esto no es así: nuestras fuentes (la de Trevi, entre otras) nos informan de que Sally también ha estado en Londres. (¿Cuándo se ha convertido La Catarsis en una especie de Aquí hay tomate? ¡Qué bajo estamos cayendo!) Lo cual nos lleva a emitir el primer diagnóstico para nuestro sujeto: es una MENTIROSA COMPULSIVA. Y mentir está muy feo. En La Catarsis podemos tolerar muchas cosas: la bipolaridad, la esquizofrenia, la psicopatía… ¡pero la mentira es algo serio!


(¿¡Pero cómo tenéis los santos bemoles de tachar a Sally de mentirosa, cuando sois vosotros los que mentís más que habláis!?)

Otro trastorno del que tampoco es difícil percatarse tras una lectura superficial de los horrocruxes de Sally es el de la ZOOFILIA: no en vano nuestro sujeto hace referencia a tres animales distintos (gato, tigre y perro) dentro de sus horrocruxes. Además no hay que ser muy avispado para darse cuenta de que este trastorno zoofílico no se queda ahí, sino que va más allá: hablamos de ZOOFILIA SELECTIVA (a. k. a. “Contigo no, bicho”). Si analizamos estas tres especies desde el punto de vista de la taxonomía vemos que las diferencias comienzan a partir del suborden en el caso de perro vs. gato y tigre (el primero es de suborden caniformia, los dos segundos son de suborden feliformia), y a partir de la subfamilia en el caso de gato vs. tigre (los gatos pertenecen a la subfamilia de los felinae y los tigres a la de los pantherinae). ¿A dónde queremos llegar con esto? A que están todos dentro del mismo saco y a que Sally podía haber escogido un peluche de una iguana o de un tiburón, o podía tener de mascota una tarántula, una boa constrictor o un triste canario, ¿no?

¿A quién no le gustaría tener un bichito así en su casa?

En principio, esta actitud selectiva de la que hace gala Sally  podría ser considerada algo inofensivo, ¿verdad? Más aún si tenemos en cuenta que el gato era de peluche y que la mención al tigre ni siquiera se refería a un animal como tal. Quizá incluso penséis que el nivel de rebuscamiento al que está llegando últimamente el Psicoanálisis estulto es exagerado, o que ya no sabemos qué hacer para mantener viva esta sección. ¿Sí? Pues agarraos a la silla, porque estáis muy equivocados (¡en todo!). Imaginad, inocentes de vosotros, que Sally dijera “Voy a crear una superpotencia, un estado ideal solo poblado por felinos y canes peluditos, adorables y de ojos bonitos, para que se reproduzcan entre ellos y creen una raza de superanimales (la raza canfelinaria) genéticamente superior a las demás razas de bichos que pueblan la Tierra y, por tanto, destinada a dominarlos. Todo aquello que tenga plumas o escamas, se arrastre, vuele, nade, ponga huevos, etc., es inferior y merece ser exterminado o, al menos, subyugado. Pero mira, los ornitorrincos me caen especialmente mal: a esos directamente los gaseo.” ¿Qué? Ahora la cosa da más miedo, ¿verdad? Y antes de que os echéis las manos a la cabeza, daos cuenta de que la piedra que ha elegido Sally en su primer horrocrux es… ¿negra? ¡No! ¡BLANCA!

No nos engañemos: toda esta teoría solo era una burda excusa para colaros este GIF en algún lado... (¿o quizá no?)

Pero que no cunda el pánico: antes de poner a Sally a la altura de un dictador cualquiera debemos seguir explorando sus horrocruxes en busca de más pistas. Tened en cuenta que siempre cabe la posibilidad de que nuestro análisis sea erróneo…

Otro elemento recurrente en los horrocruxes de Sally son las piedras. En base a este descubrimiento tenemos dos teorías distintas:

1) La primera es una teoría de conjunto en la que vinculamos este aparente fanatismo pétreo de Sally con otros dos de sus horrocruxes: en primer lugar, la cruz de madera; en segundo lugar, Asturias. ¿Cuál es el resultado de esta atípica suma? ¡En efecto: el prerrománico asturiano! Muchos de vosotros, cándidos estultos, no sabréis qué es eso del “prerrománico asturiano”: para ilustraros al respecto basta con dejaros aquí alguna imagen de edificios como Santa María del Naranco o San Miguel de Lillo. Otros, todos aquellos que tengáis la desgracia de estar cursando o haber cursado algún tipo de conocimiento sobre Historia del Arte, sabréis bien a qué nos referimos. El caso es que cualquier persona que manifieste su gusto por el prerrománico asturiano es, por fuerza, buena gente. Dicho lo cual, esta teoría tiraría por tierra todo lo que hemos dicho de Sally hasta el momento.

Si la contemplación del prerrománico asturiano ya es gloriosa de por sí, la contemplación del prerrománico asturiano nevado constituiría un género que podríamos denominar "porno arquitectónico".

2) La segunda es una teoría mucho más simple. Y ya lo decía Guillermo de Ockham: “en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la correcta”. ¿Qué obtenemos si sumamos una piedra más una piedra? Dos piedras. En base a esto damos por hecho que, si de siete horrocruxes, dos (casi un tercio del total) son piedras, en la vida real Sally debe de tener una cantidad considerable de piedras. ¿Y para qué querría una persona normal poseer muchas piedras? ¿Para construir un edificio? ¿Para encender un fuego, si se tercia? No, amigos: el único fin con el que alguien atesoraría piedras es el de SER EL Nº 1 DE LAS LAPIDACIONES. Y eso, como bien sabéis, es signo inequívoco de un ESPÍRITU VIOLENTO. Y como esta teoría nos cuadra más, nos aferraremos a ella como a un clavo ardiendo.


Como veis, cuanto más profundamente indagamos en los horrocruxes de Sally peor pinta la cosa. Y todavía no hemos visto nada. Atendamos, si no, a esa inquietante elección que supone el segundo horrocrux de Sally: una nariz de payaso. ¿Qué pasa, que a nadie le entran escalofríos al oír hablar de payasos? ¿No? Pues sabed que los payasos los carga el diablo. Por ende, cualquier persona que hable de payasos sin inmutarse o, lo que es peor, afirme que LE GUSTAN LOS PAYASOS, merece ser tildada de DESVIADA, LOCA, ENFERMA, DEPRAVADA, CORRUPTA, VICIOSA, PERVERTIDA y DESCARRIADA (este fragmento ha sido patrocinado por el diccionario de sinónimos). ¿Es que nadie ha visto It (dir. Tommy Lee Wallace, 1990)? ¿Ni al Payaso de La Hora Chanante? ¿Acaso vais a decirme ahora que las muñecas de porcelana tampoco os dan mala espina? ¿DÓNDE OS HABÉIS DEJADO EL ALMA, DESGRACIADOS?

Maldito seas, Tim Curry.
Oyéndolo hablar de economía chanante a todos se nos ponían los pelos de punta.
Hasta Krusty el payaso (o, bueno, el muñeco de Krusty el payaso) tenía su lado diabólico...

Pero ojo, que la cosa no acaba aquí. Fijémonos ahora en un pequeño dato, casi irrelevante: el nombre del perro de Sally, esto es, Doris. ¿Casualidad? NO EXISTE TAL COSA. El nombre Doris proviene del griego Δωρίς, y además de hacer referencia a una oceánide (hija de Océano y Tetis, esposa de Nereo y madre de –agarraos los machos– las 50 Nereidas), los griegos también denominaban así al cuchillo que se utilizaba para sacrificar a las víctimas en las ofrendas. Sacrificio. Víctimas. Ofrenda. Yo creo que está bastante claro a dónde queremos llegar. Nuevamente nos encontramos con un sujeto de estudio que tiene algún tipo de VINCULACIÓN CON PRÁCTICAS DE SATANISMO MAGIA DE NATURALEZA CUESTIONABLE. Y si con esto no nos creéis, más adelante os daremos el argumento definitivo para que apoyéis nuestro veredicto.

"Magic!"

De momento vamos a ir recopilando todas las conclusiones a las que hemos llegado. De momento sabemos que Sally es una mentirosa compulsiva de mucho cuidado, que su selectivismo zoofílico nos hace pensar en la figura de esos dictadores a los que todos conocemos, que arremete a pedradas contra todo aquel que use el nombre de Jehová en vano, que no teme a los payasos y que probablemente en sus ratos libres sea sacerdotisa de una divinidad de dudosa reputación. Y aún hay más: la mención a la caja rusa imposible de abrir nos lleva a pensar en un pseudo-Robert Langdon (dios nos pille confesados: recemos mucho y muy fuerte para que Dan Brown no descubra nunca este blog y nos use como excusa para escribir alguna novela sobre la enigmática sonrisa de Erasmo), y… aquí llega el argumento definitivo que vincula a Sally con el mundo de la brujería: ¿a nadie le ha chirriado en el oído esa frase, en el primer horrocrux, que dice “Me gusta porque es suave y parece que ha sido tallada”? No solo eso, sino que la caja es de madera y la cruz es de madera, ergo solo pueden haber sido hechos por un tallista. Y si habéis visto Brave (dir. Mark Andrews, Brenda Chapman y Steve Purcell, 2012) sabréis que las tallistas tienen una faceta oculta como… BRUJAS.

Si Sally, además de sus piedras, tiene un arsenal de herramientas de tallar como este... TEMBLAD.

Visto lo visto, ha llegado la hora de buscarle a Sally un parangón. Nuevamente nos vemos obligados a plantear dos posibles teorías:

1) Ser un buen mentiroso es un requisito indispensable para dedicarse a la política. Como ya hemos dicho, el selectivismo (sea o no zoofílico) es una cosa muy seria, y de lapidar gente  a exterminar colectivos humanos por razones que incluyen “porque sí” y “porque me da la gana” hay un paso. Si sumamos estos tres datos, el resultado es un dictador a la vieja usanza. Pero a Sally la vamos a comparar no con un dictador cualquiera, no, sino con el mismísimo… Adenoid Hynkel.


2) Ser un buen mentiroso es un requisito indispensable para dedicarse a la videncia. Los desvíos de corte satánico/brujístico que presenta Sally la hacen digna sucesora de pesos pesados de la materia tales como Rappel, Aramis Fuster, el Maestro Joao o el mismísimo Sandro Rey. Sin embargo, esa zoofilia a la que hacíamos referencia al principio de este análisis, adornada con ciertos tintes medievales derivados de la arquitectura prerrománica, nos ha llevado a la figura de… ¡Robin Hood fingiendo ser una pitonisa!

Escena mítica donde las haya la de la sesión de adivinación del rey Juan... ¡pero no la he encontrado en español!


CONCLUSIÓN: una vez analizados los horrocruxes de Sally, en grado de trastorno psicológico se merece un…


3 = INTEGRIDAD MENTAL EN RIESGO


Después de tanto hablar del tema no podíamos obviar las clases de Adivinación, asignatura optativa en Hogwarts desde el tercer hasta el séptimo curso, ni a sus  profesores, Sibyll Trewlaney y el centauro Firenze. Y ya que no tenemos sello de Firenze (¡ya nos gustaría!), a Sally le hemos otorgado el de Trewlaney. La mención a la nariz de payaso ha estado a punto de ganarle a Sally un nivel 4 (Ojoloco Moody) de trastorno, pero si lo analizamos con la cabeza fría, al menos solo ha hecho mención a la nariz y no al maquillaje: si hubiera hablado del maquillaje le habríamos encasquetado el nivel 4 sin dudarlo. No obstante le recomendamos a Sally, si no quiere seguir subiendo puestos en nuestra particular escala de la locura, que se cuide de no leer La Catarsis a menudo y evite en la medida de lo posible adentrarse en mundos oscuros como… Tumblr.


Y en lo que a probabilidades de éxito en caso de abrazar la vida de Malo Malísimo se refiere, Sally se ha ganado un…


3 = LE FALTA UN HERVOR PERO PUEDE LIARLA PARDA


Vale, lo de la lapidación da que pensar. Pero también debemos tener en cuenta que había otra teoría en relación a las piedras que atesora Sally. Nunca nos planteamos siquiera la opción de que a la buena de Sally simplemente le apasione el noble arte de la cantería (lo que tampoco suena tan descabellado si pensamos en su recién descubierta faceta de tallista). A lo mejor Sally es una inocente artista como la copa de un pino y aquí nos ha faltado tacharla de nazi. Claro que, por otra parte, si el lado oculto del tallista es ser una bruja, igual el lado oculto del cantero es ser… ¡el mismísimo Satanás! En cualquier caso, la habilidad  de Sally para la mentira no deja de mosquearnos, y de ahí que le hayamos dado un tres. Por si las moscas. El tiempo dirá si la balanza se inclina hacia el 2 o hacia el 4.



Ha llegado el momento de que os toméis un descanso. Rebloguead un par de posts en Tumblr, ved algún Top 10 de APM? en YouTube, coged una Colaloca de la nevera, recuperad una postura decente en la silla del ordenador y preparaos para dejaros los ojos en este blog durante un rato más: ¡he aquí el Sujeto Número 8, en adelante Glen!


SUJETO NÚMERO 8

1.   El colgante de las Reliquias de la Muerte: obviamente.
2.   La guitarra acústica.
3.   La TARDIS de juguete.
4.   El ukelele electroacústico.
5.   El cartucho de Pokémon amarillo.
6.   El DVD de la temporada 1 de Community.
7.   La camiseta del Dark Side of the Moon.


Creo que no hay mejor manera de inaugurar el análisis de los horrocruxes de Glen, sobre todo si atendemos a su primera elección, que citando un fragmento de Harry Potter y las reliquias de la muerte:

«Retiró un tambaleante montón de papeles de una butaca, se sentó y cruzó las piernas (todavía no se había quitado las botas de goma). Luego preguntó:
 –Bueno, ¿en qué puedo ayudarte, Potter?
–Verá... –repuso Harry mirando a Hermione, que asintió para darle ánimo– se trata de ese símbolo que llevaba usted colgado del cuello en la boda de Bill y Fleur. Nos gustaría saber qué significa.
–¿Te refieres al símbolo de las Reliquias de la Muerte? –inquirió Xenophilius, extrañado.
Harry se volvió hacia Ron y Hermione. Tampoco ellos parecían haber entendido.
–¿Ha dicho usted las Reliquias de la Muerte?
–Eso es. ¿No habéis oído hablar de ellas? No me sorprende, pues muy pocos magos creen en ellas. ¡Acordaos de aquel cabeza de chorlito que estaba en la boda de tu hermano –dijo mirando a Ron–, que me agredió por llevar el símbolo de un famoso mago tenebroso! ¡Qué ignorancia! Las reliquias no tienen nada que ver con la magia oscura, al menos en sentido estricto. Uno simplemente utiliza el símbolo para darse a conocer a otros creyentes, con la esperanza de que lo ayuden en su búsqueda.»

Atendiendo a las sabias palabras de Xenophilius Lovegood, el hecho de que Glen sea portador de un colgante como este…


… significa ya de entrada que cree en la leyenda de las Reliquias de la Muerte, y por tanto, es el primer mago de fiar que ha pisado La Catarsis hasta la fecha.

Pero ojo: que sea “de fiar” no significa que vayamos a darle tregua a nivel psicoanalítico. Más que nada porque sí, lo del colgante de las Reliquias de la Muerte es muy harrypotteresco y va muy acorde con la temática de esta sección, pero, ¿y si Glen es dueño de las tres reliquias? No sé si habéis caído en la cuenta de que eso no solo lo convertiría en un ser doblemente inmortal (¡que tiemble Jordi Hurtado!), puesto que poseería la piedra de la resurrección y siete horrocruxes contenedores de su alma, sino que además sería un claro indicativo de que Glen es un mago poderosísimo. Que sí, que la magia puede utilizarse para hacer el bien, pero… no nos engañemos: ¿quién de vosotros, estultos, no cometería alguna que otra travesura (de mayor o menor índole) si contara con poderes mágicos ilimitados?

¡NO OS ENGAÑÉIS A VOSOTROS MISMOS! ¡TODOS LO HARÍAMOS!

Si a cualquiera de nosotros nos dejaran cinco minutos a solas con una varita mágica, se desataría el caos. Y lo sabéis.

(Inciso: aprovechamos para decir, como buenos historiadores del arte en proceso que somos, que consideramos las reliquias que nos plantea J. K. Rowling demasiado lights para ser reliquias.  Nos explicamos: una capa, una varita de saúco y un triste pedrolo con propiedades resucitadoras no son nada comparados con brazos incorruptos, santos prepucios, cueros cabelludos, dientes, cabezas de Juanes Bautistas niños, santas sangres y demás.  Iglesia Católica 1 – J. K. Rowling 0.)

Pero en fin, ya tendremos tiempo de averiguar, en base a sus demás horrocruxes, si Glen tiene o no tiene peligro. Y dado que este nuestro sujeto de estudio no ha dado explicación alguna a sus elecciones, auguramos un psicoanálisis bastante interesante.

De momento, y tal y como adelantábamos con ese vídeo de APM?, el primer diagnóstico serio que se merece Glen es el de: FRIKI HASTA LA MÉDULA. No en vano esta lista contiene alusiones a Doctor Who, Pokémon, Community y Harry Potter… ¡aquí hay nivel! Solo son tres los horrocruxes que se salen un poco de la tónica general, y son la guitarra, el ukelele y la camiseta del The Dark Side of the Moon de Pink Floyd.

Huelga decir que The Dark Side of the Moon es un discazo. Y no lo decimos solo nosotros: el mismísimo Darth Vader secunda nuestro veredicto.

Obviamente, el hecho de que los únicos tres horrocruxes “no frikis”, por así llamarlos, estén relacionados de manera directa con la música puede llevarnos a pensar que Glen sea MÚSICO. ¿Esto es bueno? No: los músicos, por regla general, son buena gente, pero visto lo muchísimo que se fomenta la cultura en este nuestro país es más que probable que el 90% (si no más) de los músicos españoles acaben dándose de tollinas para coger sitio en el Metro e intentar ganarse un jornal. Lo de vagabundear por el Metro no es plato de gusto para nadie, por lo cual este panorama augura el surgimiento de una nueva tribu urbana, la del músico frustrado, conformada por individuos de paciencia ilimitada (adquirida gracias al estudio concienzudo de ese horror de asignatura que es Lenguaje Musical) y poseedores de instrumentos de diversa clase y condición (capaces de tornarse en armas letales en manos de cualquier músico experimentado –no sabéis lo que duele un tubazo dado con gracia, que te metan el arco de un violín en un ojo, que te estampen un platillo en la cara o que te inserten una flauta travesera por el mismísimo), que se dedicarán a asesinar son saña y alevosía a todo aquel que no sepa a cuántas corcheas equivale una negra. Ergo podemos decir y decimos que el hecho de que Glen sea músico lo convierte en un POTENCIAL PSICÓPATA MUSICAL.

Y si no nos creéis, ved la cara de satisfacción que pone Sherlock mientras lubrica aplica resina al arco de su violín y piensa en quién será su próxima víctima...

Y la cosa no se queda ahí: omitiendo, por razones de espacio, el sospechoso hecho de que tanto guitarra como ukelele pertenezcan a la familia de los cordófonos (aunque esto nos lleve a pensar en propósitos malévolos relacionados con el maltrato de las yemas de los dedos de todo aquel que se aventure a tocar dichos instrumentos),  lo que sí vamos a hacer es relacionar estos dos horrocruxes con el cartucho del Pokémon Amarillo. ¿Cómo? No perdáis detalle…

Sabemos de buena tinta que las guitarras acústicas tienen cuerdas de acero. Por otro lado, la catalogación “electroacústica” del ukelele nos remite a la electricidad. Curiosamente, tanto el “acero” como lo “eléctrico” son tipos de pokémon. Como deberíais saber (y si no lo sabéis es porque no habéis tenido infancia y/o no pertenecéis a la generación de los 90), el Pokémon Amarillo destaca de entre los juegos de la franquicia porque el pokémon inicial del juego no es otro que Pikachu, el pokémon eléctrico más conocido de aquí a Marte. Teniendo en cuenta esto, y tras echar una ojeada rápida a nuestra Pokédex (¿por quién nos tomabais? ¡Nosotros también somos frikis orgullosos!), hemos descubierto que el pokémon por excelencia de tipo acero/eléctrico no es otro que Magnemite (con sus respectivas evoluciones, Magneton y Magnezone). ¿Y a que no sabéis qué tipo de entrenadores pokémon suele usar a estos pokémon en sus equipos? En efecto, los GUITARRISTAS.


Tanta coincidencia no puede ser fruto de la casualidad. Si ya le suponíamos a Glen un poder mágico ilimitado, así como la inmortalidad derivada de la posesión de la piedra de la resurrección y del uso de estos horrocruxes, ahora también debemos tener en cuenta que, ya que es un ENTRENADOR POKEMON (y quién sabe si no será también MAESTRO POKEMON), probablemente cuente con un equipo pokémon superior al de cualquiera de nosotros (básicamente porque nosotros NO POSEEMOS POKÉMON REALES, mal que nos pese). La cosa promete.

Y para terminar de rizar el rizo, quizá la alusión al The Dark Side of the Moon no sea casual, y eso de “dark side” haga referencia a… LA FUERZA. Lo cual, teniendo en cuenta el nivel de frikismo de Glen, no sería de extrañar. Pero visto lo visto hasta el momento, preferimos ignorar el hecho de que nuestro sujeto de estudio pueda tener algún tipo de conexión con los Sith. Principalmente porque si esta conexión existiera, estos horrocruxes empezarían a dar mucho miedo… y de una amenaza como Glen solo podrían salvarnos Ash Ketchum y Luke Skywalker trabajando juntos.

O... no.

A otra cosa, mariposa.

En lo que a la TARDIS se refiere (haremos caso omiso de aquello de que sea “de juguete”, ya que estamos seguros de que Glen lo ha puesto ahí para despistar, claramente), este horrocrux supone empezar a manejar conceptos que nos vienen un poco grandes. Para el que no esté familiarizado con el universo de Doctor Who (y nosotros tampoco es que seamos expertos, así que rogamos nos perdonéis si decimos algo que esté fuera de lugar), la TARDIS (Time And Relative Dimensions ISpace, o, lo que es lo mismo, “Tiempo Y Dimensiones Relativas en el Espacio”) es una combinación de máquina del tiempo y nave espacial. Algo así como un DeLorean, pero en su versión para usuarios Premium.

(NOTA: Si no sabéis lo que es una TARDIS ni tampoco un DeLorean, por favor, abandonad este blog y empezad a ver cine y series de ciencia-ficción como si os fuera la vida en ello, POR VUESTRO BIEN.)

Y quizá con lo del Lado Oscuro hayamos podido hacer la vista gorda, pero obviamente no podemos dejar pasar el hecho de que si Glen es poseedor de una TARDIS, PUEDE VIAJAR EN EL TIEMPO Y EN EL ESPACIO. Y no solo eso, sino que sería un Doctor (cabe la posibilidad de que sea acompañante del Doctor, pero si tenemos en cuenta lo que hemos dicho de Glen hasta el momento cuadra bastante más lo de Señor del Tiempo –no, no de los que dan el parte meteorológico en la televisión, esos son otros). La hipótesis se refuerza, además, si pensamos en que en la serie Community, sexto horrocrux de Glen, se hace alusión más de una vez al Inspector Spacetime, clara parodia de Doctor Who.


Por no decir que esa mención a Community también debería hacer que nos planteáramos la posibilidad de que Glen sea todo un experto en el noble arte del paintball a lo bestia

Vamos recapitulando: poseedor de las Reliquias de la Muerte, dueño de siete horrocruxes plenamente funcionales, nivel supremo de friki, psicópata musical en potencia, posible Maestro Pokémon y Señor del Tiempo. ¿Falta algo? Pues sí. Y es que para corroborar toda esta sarta de títulos que le han ganado a Glen la etiqueta de “AMENAZA A TENER EN CUENTA” tenemos la simbología que subyace a los horrocruxes de este sujeto.

Y os preguntaréis, “¿Cómo que simbología? ¿A qué te refieres?”. Me refiero, stultos míos, a que la lista de Glen está llena de simbología numérica y cromática que no es extraño que os haya pasado desapercibida.

¡ESTE ES UN TRABAJO PARA ROBERT LANGDON!

En lo que a la simbología numérica se refiere, tenemos la mención a las Reliquias de la Muerte (3 reliquias), a la guitarra (6 cuerdas), al ukelele (4 cuerdas), y a una temporada concreta de Community (temporada 1). Si sumamos estos dígitos, 3 + 6 + 4 + 1, obtenemos como resultado 14; y si sumamos los dígitos que componen esta cifra, 1 + 4, el resultado total es 5. Según mi profesora de Iconografía Medieval (–¿Qué más dará lo que diga la iconografía medieval al respecto, si estos horrocruxes son contemporáne-… –¡A CALLAR!), el número 5 supone la aparición de la dimensión del tiempo. ¿Casualidad, o tal vez se trate de un argumento más para que confirmemos la identidad oculta de Glen como Señor del Tiempo?

En lo que a simbología cromática se refiere, la mención al color amarillo con relación al videojuego de Pokémon no augura nada bueno. Por todos es sabido que el amarillo, además de estar terminantemente prohibido en el teatro –famosa es la historia del ataque de hemoptisis que sufrió Molière, vestido de amarillo, mientras representaba El enfermo imaginario (y que horas después causaría su muerte)–, es el color del mal temperamento por excelencia (por aquello de la bilis, el hígado, y la teoría de los cuatro humores), así como el color de la traición (por su relación con el amigo Judas Iscariote).  Que vale, que sí, que el amarillo es un color ambivalente y también puede simbolizar lo divino, PERO ESO ESTÁ MÁS EN RELACIÓN CON EL COLOR DORADO, Y QUE YO SEPA GLEN NO HA ESCOGIDO EL POKÉMON ORO. Así que lo dicho, lo del amarillo debería hacer saltar nuestras alarmas.

"-¡JUDAS, TRAIDOR! ¡Que te he visto que venías de amarillo y sabía yo que me ibas a pegar una puñalada trapera a las primeras de cambio!
-¡Calla y bésame, bandido!"

Por último, también es importante destacar la simbología de ciertas figuras en los horrocruxes de Glen. Destaca, sobre todo, la presencia del triángulo, no solo en el símbolo de las Reliquias de la Muerte sino también de la portada del álbum The Dark Side of the Moon. Para aquel que no lo sepa, el triángulo es símbolo de divinidad (por eso de que se vincula al número 3, que tiene un sentido sagrado). Y para colmo de males, el círculo que se inscribe dentro del símbolo de las Reliquias es símbolo del “todo” cerrado y perfecto. Perfección, divinidad, sacralidad… ¿qué más queremos?

¿Nos encontramos ante un dios de la sociedad friki actual? ¿Nos encontramos ante el ser supremo tumblriano? ¿Quién es Glen en realidad? ¿Podemos hallar en el mundo audiovisual algún parangón para él? ¡Por supuesto! Desde luego, el único friki que puede equipararse a Glen es Abed Nadir, de Community. Y además, dada su faceta mesiánica en el capítulo Messianic Myths and Ancient People, nos parece la comparación perfecta. Lo único que no sabemos es si Glen está más cerca del Abed normal o de Evil Abed… aunque si tenemos en cuenta esa mención al Lado Oscuro, ¿quién nos dice que no estemos viviendo en una verdadera darkest timeline (“línea temporal más oscura”)?

1. Cualquier parecido con Sandro Rey es pura coincidencia.
2. En serio, VED COMMUNITY.


CONCLUSIÓN: tras analizar los horrocruxes de Glen, en lo que a grado de trastorno psicológico se refiere vamos a darle un…


2 = LIGERAMENTE DESVIADO PERO INOFENSIVO


En realidad, salvando esa faceta psicópata-musical que Glen acabará desarrollando en el futuro (pegando guitarrazos a diestro y siniestro… luego normal que las guitarras acaben así, ¡o peor!), los horrocruxes de nuestro sujeto de estudio número 8 no nos dan demasiadas pistas acerca de su trastorno mental. Aunque, huelga decirlo, su altísimo nivel de frikismo es motivo de preocupación, por lo demás parece que Glen es un sujeto perfectamente sano. Y además tiene buen gusto para vestir (lo de la camiseta del The Dark Side of the Moon es prueba suficiente de ello). Resumiendo: la sociedad, cuando ve una persona así… se siente impelida a venerarla.


Y en cuanto a probabilidades de éxito en caso de abrazar la vida de Malo Malísimo, Glen se ha ganado un…


4 = PELIGRO ASEGURADO


En realidad tampoco es que tengamos pruebas de que todo ese poder que acumula Glen (entrena pokémon, sabe de magia, puede viajar en el tiempo, etc.) vaya a ser utilizado con fines malévolos. A decir verdad, si dicho poder fuera usado para hacer el Bien nos encontraríamos, sin lugar a dudas –y tal y como decíamos más arriba–, ante un verdadero dios/superhéroe (llamadlo como gustéis) del mundo actual. Pero la aparición repetida de conceptos relacionados con la Oscuridad, así como el peliagudo resultado del análisis simbólico de sus horrocruxes, hace que, muy a nuestro pesar, tengamos que convencernos de la existencia de un Evil Glen. Así que más vale que nos vayamos preparando para la catástrofe inminente…



Y nada más por nuestra parte (sí, ya podéis dejar de llorar y de mesaros los cabellos, ¡este volumen de psicoanálisis ha llegado a su fin!). No voy a arriesgarme a volver a prometer la publicación de un nuevo volumen de esta sección en menos de quince días, visto lo visto (las encuestas ya me sitúan al nivel de los políticos españoles en lo que a credibilidad se refiere), así que me despediré sin más de vosotros hasta que se publique, en un futuro no muy lejano (espero), el volumen 5 del Psicoanálisis Estulto no apto para Muggles, con los Sujetos Número 9 y 10.

Os recordamos que podéis (¡y debéis!) votar en la encuesta acerca del último volumen de esta sección, que está situada en la parte superior de la barra lateral derecha del blog. Y así os ahorraréis entradas de esta longitud. ¡Son todo ventajas!

¡A segar, humanistas!


Y recordad:

Ya sabéis... lo que pasó con Quirrell en las mazmorras... guiño, guiño, codazo, codazo. No digáis nada, que luego los padres se escandalizan.


Aviso importante a los consumidores preocupados por el colesterol y los triglicéridos: supongamos por un momento que a los creadores de La Catarsis se les fuera mucho la cabeza (más de lo habitual), les diera por componer una sintonía para el blog y pretendieran grabar un videoclip para acompañarla. ¿Cuántos de vosotros estaríais dispuestos a aparecer en dicho vídeo haciendo lo que mejor se nos da hacer a todos: el stulto? ¡Hacédnoslo saber en los comentarios!


3 comentarios :

  1. Mi opinión sobre este estudio solo se puede responder reproduciendo 1.000 veces este vídeo
    http://www.youtube.com/watch?v=_gjdCSVvqk0

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    1. Y nosotros te contestamos con un: http://youtu.be/Gaqkr4TOFlk :)

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  2. Después de leer tropecientas mil millones de veces esta entrada por lo fantástica que es, solo puedo decir:
    http://www.youtube.com/watch?v=IyLU0iFqFCc
    http://www.youtube.com/watch?v=aJyh0gbRfPc

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Cualquier corolario absurdo será bien recibido, así que no te cortes.

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