Lo prometido es deuda, queridos stultos: he aquí la primera entrega de la serie de psicoanálisis de
horrocruxes que anunciábamos hace unos días. Tal y como os adelanté, cada
entrega recogerá dos casos de estudio, de modo que la serie acabará teniendo
del orden de 5 o 6 volúmenes (¡ahí
es nada!).
Antes de entrar en faena me parece conveniente hacer algunas puntualizaciones:
1. A los participantes en el estudio les pedimos que elaboraran una lista de objetos que usarían como horrocruxes y que, de manera opcional, añadieran una breve explicación del por qué de cada elección. Hay quien ha dado explicaciones largas, los hay que las han dado cortas, y los hay que no las han dado. En cualquier caso, reproduciremos debidamente las mismas antes de abordar cada análisis. Y ojo, porque también les avisamos de que todo lo que dijeran podría ser usado en su contra…
2. Como ya dijimos, los nombres de los diferentes individuos que se han sometido a este estudio quedarán en el anonimato (salvo cuando lleguemos a los autores del blog). De modo que nos referiremos a cada uno como “Sujeto Número X”. Nos tentaba la idea de llamarlos “Tipo de Incógnito X”, pero al final se nos acabó antojando muy rebuscado.
3. Al final de cada análisis incluiremos dos valoraciones, ambas puntuables sobre cinco: una de ellas medirá el grado de trastorno psicológico del individuo (donde 1 = En sus cabales (¿?) / Gilderoy Lockhart; 2 = Ligeramente desviado pero inofensivo / Luna Lovegood; 3 = Integridad mental en riesgo / Sybill Trelawney; 4 = Necesita un psicólogo o dos / Alastor Ojoloco Moody; 5 = Caso perdido y suscriptor de por vida a La Catarsis / Myrtle La Llorona), y otra que indicará sus probabilidades de éxito en caso de abrazar la vida de Malo Malísimo (donde 1 = No hay nada que temer / Argus Filch; 2 = Un “quiero y no puedo” / Draco Malfoy; 3 = Le falta un hervor pero puede liarla parda / Lord Voldemort; 4 = Peligro asegurado / Bellatrix Lestrange; 5 = No existe salvación posible / Dolores Umbridge).
4. Todos nuestros diagnósticos están avalados por la Universidad de Rotterdam y por el equipo médico del Doctor especialista en el cerebro que trató a Mr. Gumby.
Y ya sin más preámbulos inauguramos el psicoanálisis estulto
con el…
SUJETO NÚMERO 1
A continuación reproducimos íntegramente la lista de horrocruxes
que nos hizo llegar el Sujeto Número 1,
en adelante Galdalf (¿Qué? ¿Que hemos dicho que nos íbamos a
referir a él como “Sujeto Número 1”? No recuerdo tal cosa. ¿Eso cuándo ha
sido?):
Soy Don Gandalf y utilizaría como horrocruxes:
1. Ese plastiquito de mierda que pegan a los bolígrafos y que todo el mundo tira, porque sería imposible de encontrar.
2. Las letras "La Mancha" de la portada de mi libro de El ingenioso hidalgo Don Quixote de la Mancha.
3. La pelusilla de mi ombligo, porque siempre me acompaña.
4. La Bacteria Helicobacter Pylori 14.578 de mi estómago, resistente a fármacos: es indestructible, porque las bacterias son objetos inanimados, ¿verdad? Y si no, me da igual: si Voldemort puede meter un horrocrux en su serpiente diabética yo también puedo en mi bacteria. Además esa bacteria se dividirá dando más bacterias-horrocruxes-invencibles.
5. Mi estetoscopio.
6. La espada de Isildur, irrompible (ahora en poder de Aragorn, hijo de Arathorn, heredero de Isildur y el reino de Gondor, marido de Arwen, hija de Elrond, herederos del poder de los Noldor, señor de Rivendel, amigo de Gandalf, enviado de Manwë, rey Valar y controlador de los vientos y las águilas sagradas, amigo de Ulmo, señor de las aguas, súbdito de Ilúvatar, dios creador).
7. El ojo izquierdo de Angus Young (guitarrista de AC/DC), porque los viejos rockeros nunca mueren.
Hasta aquí la lista de Gandalf. ¿Qué puede observarse, a
primera vista? Evidentemente, que el amigo Gandalf tiene una estrecha relación las ciencias
(bacterias, estetoscopios), y eso… ¡nos gusta! ¿Qué os pensabais? ¿Que por ser
humanistas íbamos a usar este detalle como excusa para dar comienzo a otra de
esas luchas ancestrales entre “los de Letras” y “los de Ciencias”? ¡No hombre,
no!
Vale, ahora en serio, vamos a lo que es psicología pura y
dura. Nuestro Gandalf tiene un problema importante con el “yo, mi, me, conmigo”, esto es, con el EGOCENTRISMO: “mi libro”, “mi ombligo”, “mi estetoscopio”, “mi
estómago”, “mi bacteria” (¿Tu bacteria?
¡Tío, la bacteria no se puede poseer! ¡LA BACTERIA ES UN FRUTO DE LA MADRE
NATURALEZA!)…
Pero ojo, que la cosa no se queda ahí: el susodicho Gandalf
también hace gala de unos DELIRIOS DE
GRANDEZA que ya los quisiera para sí Alaska. No solo osa equipararse a
Voldemort (Voldemort, ese personaje al que le hemos dado un 3 en grado de
maldad… ergo podía ser peor, podía haberse comparado con Dolores Umbridge),
sino que además se asigna como horrocruxes la espada de Isildur (ahí es nada:
podía haber elegido la cimitarra de un Uruk-Hai, pero no, ha ido a por la
espada con más caché) y, agárrense a la silla, ¡el ojo (izquierdo) de Angus
Young! ¿Qué pasa, que el flequillo de Justin Bieber no era suficiente? ¡No te
cortes, hombre de dios, haber elegido la nariz de Michael Jackson, ya puestos!
(—¿Y qué pasa, que lo
de elegir El Quijote no es delirio de
grandeza también?)
Er… ¡eso! ¡Tampoco podía elegir Manolito Gafotas, Fray Perico
y su borrico o, o… Memorias de Idhún!
No: se va a la obra cumbre de la literatura española, con permiso del Gracias y desgracias del
ojo del culo de Quevedo. ¿Qué
diría Cervantes? (—Pero si ni siquiera se
ha referido al manuscrito original, solo ha dicho “mi libro d-) ¿¡QUÉ DIRÍA
CERVANTES!?
Vale, eso no es exactamente lo que diría Cervantes... nos hemos colado. |
No obstante, quizá nos hayamos precipitado un poco: la
elección del “plastiquillo de mierda”
y de la “pelusilla del ombligo” (por mucho que sea de SU PROPIO ombligo), denotan
cierta HUMILDAD y cierto apego por
lo CUTRE. Apego que, todo sea dicho
de paso, desde La Catarsis tenemos en
muy alta estima. Además, y
que conste que esto no es rebuscado casi, si atendemos a las palabras del
libro que Gandalf ha elegido para contener su alma, “La Mancha”, podemos
deducir dos cosas:
1. Que las ha escogido por AMOR MANCHEGO.
2. Que las ha escogido porque son sinónimo de “suciedad”, de “lamparón”… el resultado de la acción de mancharse que SIEMPRE, y digo SIEMPRE sucede cuando uno va vestido con ropa nueva y/o bien tiene algún evento importante al que acudir arreglado (hablando de manchas, ¿sabéis qué remedios económicos nos proponen los Aznar Systems para ir siempre con la ropa limpia?).
En cualquiera de ambos casos la elección dejaría traslucir
un claro ESPÍRITU CHICHINABESCO, que
siempre es bueno.
Pero dejando a un lado los trastornos psicológicos de
Gandalf que sus horrocruxes puedan poner de relieve, pasemos ahora a analizar su mente maligna: ¿tiene futuro Gandalf
como Malo Malísimo? ¿Tendría más futuro Saruman? ¿Y el ojo de Sauron?
No hace falta ser muy listo para darse cuenta de que las elecciones
de Gandalf son bastante rebuscadas. Lo del plastiquillo
de los bolígrafos lo pone al nivel, por lo menos, del Juez Doom de ¿Quién engañó a
Roger Rabbit? Quizá lo de “La Mancha” podría emparentarlo más con el
Venerable Jorge de Burgos de El nombre de
la rosa y lo de la bacteria con el mismísimo Dr. House (¿Cómo? ¿Que House no es malo?¡Pero si se burla de sus compañeros de
trabajo…!), pero lo del plastiquillo se lleva la palma, revelando al amigo
Gandalf como un verdadero cerebro del
mal.
Sí, sí... ¡reíos! ¡Tachadlo de "malo de poca monta"! ¡Eso es porque no visteis esta película cuando erais suficientemente pequeños! ¡CHRISTOPHER LLOYD DA MUCHO MIEDO! |
Y además es un FRIKI (“Friki: dícese de aquella persona maloliente
que no lleva ropa interior”, minuto
4:41), y por si alguno no lo sabía, los frikis van a acabar dominando el
mundo, sobre todo si nos atacan los zombies (¿Por qué? Porque serán los únicos
que sobrevivirán a dicho ataque gracias a haberse leído la Guía
de Supervivencia Zombie).
CONCLUSIÓN: analizados
los horrocruxes del amigo Gandalf, en lo que a grado de trastorno psicológico le damos un…
4 = NECESITA UN PSICÓLOGO… ¡O DOS!
Desde luego, Gandalf no está en su sano juicio. Podía estar
peor (siempre se puede estar peor, y si no que venga a mi pueblo a comprobarlo,
que tenemos dos psiquiátricos), pero mucho me temo que su actual trastorno
neuronal no tiene cura. Quizá una visita al psicólogo cada dos días y el
visionado compulsivo de documentales de La 2 sobre el apareamiento de pájaros
puedan ralentizar este proceso degenerativo, pero de ninguna manera podrán
evitarlo.
Por otra parte, en lo que a sus probabilidades de éxito en caso de abrazar la vida de Malo Malísimo se
refiere, Gandalf se ha ganado con creces un…
4 = PELIGRO ASEGURADO
En serio: lo del plastiquillo del bolígrafo no augura nada
bueno, y lo de las bacterias que se dividen y forman mini-contenedores de almas
da bastante mala espina. Además, los científicos siempre son más susceptibles
de convertirse en villanos. ¿Dónde se ha visto que los malvados sean gente
leída, humanistas…? ¡En ningún lado, que no os la cuele Dan Brown! ¡LOS DE
CIENCIAS SON EL VERDADERO ENEMIGO! A los de Letras nos sacas de la biblioteca
y, aparte de que la luz nos hace daño a los ojos y nos quedamos medio ciegos,
nos desubicamos y nos entra una agorafobia aguda de agárrate y no te menees. ¡Indiana
Jones es una leyenda urbana sin fundamento ninguno!
Y ahora, vamos con el…
SUJETO NÚMERO 2
Aquí está la lista de horrocruxes del Sujeto Número 2, en adelante Phoebe:
Horrocruxes que utilizaría para guardar siete pedazos de mi
alma:
1. Uno de los macillos del piano de casa: seguramente el correspondiente al último Mi, en la escala más grave.
2. El anillo que me regaló mi abuela de aguamarina: aunque nunca me lo pongo porque me queda grande.
3. El libro Paraíso inhabitado de Ana María Matute.
4. Mi Game Boy Color: uno de los pocos objetos electrónicos que no me he cargado con el paso de los años, cosa extraña e inexplicable.
5. La mini-paleta de mi bisabuelo con un paisaje marino en el centro pintado por él: descubierta este mismo mes.
6. La película de Fantasía en vídeo: la versión de DVD ha tenido la desfachatez de cambiar la espléndida voz del narrador que se oía en el vídeo.
7. El dibujo que me hizo Lelu (Elena Redondo) por mi 20 cumpleaños.
P.D.: Ya sé que tiendo al sentimentalismo empalagoso, pero es lo
que hay.
Y esta es la lista de Phoebe. Bien, ¿qué podemos deducir de
ella en base a sus elecciones, dejando aparte lo que ya nos adelanta su
postdata: SENTIMENTALISMO EMPALAGOSO?
Y esta es nuestra reacción cuando vemos tanto horrocrux empalagoso junto. |
Para empezar, retomamos el diagnóstico que le habíamos hecho
a Gandalf: EGOCENTRISMO. “El anillo
que ME regaló MI abuela”, “MI Game Boy Color”, “la paleta de MI bisabuelo”, “el
dibujo que ME hizo Lelu por MI 20 cumpleaños”… ¡Y por si no era suficiente, la
tecla “MI” (que no Sol, ni Do, ni Fa) del piano! A Phoebe le delata SU subconsciente…
No obstante, tanta mención a la familia nos hace pensar que
o bien Phoebe forma parte de la mafia italiana (en cuyo caso, a) deberíais haber leído “la familia” poniendo voz de fumador
compulsivo y colocando las manos así;
b) le pedimos encarecidamente a
Phoebe que nos ponga en contacto con el descendiente más directo de Vito
Corleone que conozca), o bien que pertenece a la Casa Tully (por aquello de “Familia, deber, honor”).
En cualquier caso, y si seguimos tirando del hilo, ambas
opciones nos llevarían a pensar que Phoebe pertenece a una CLASE SOCIAL ALTA, hipótesis que se corrobora si tenemos en cuenta
que la susodicha dice tener un piano en casa. Y no sé vosotros, pero yo desde
luego no tengo un piano en casa. Lo más parecido que he tenido nunca ha sido un
organillo Casio más o menos como este…
¡y ni siquiera recuerdo si era de marca!
Con todo y eso, Phoebe no parece tener demasiados delirios
de grandeza, como le pasaba a nuestro amigo Gandalf:
1. En vez de El Quijote escoge un libro de Ana María Matute. Bien.
2. Pudiendo escoger una Nintendo 3DS o una Play Station Vita, coge una Game Boy Color. BIEN.
3. En lugar de una película en DVD o Bluray, escoge una en VHS. ¡MUY BIEN! (Mejor todavía si tenemos en cuenta que se inclina por Fantasía antes que por Fantasía 2000…)
¿Qué quiere decir todo esto? Pues que Phoebe es una persona
de GUSTOS SIMPLES, lo cual no tiene
por qué significar que sea, a su vez, una persona simple (donde “simple” se
entiende como sinónimo de “corta”, en el sentido de “poco hábil mentalmente” y
no de “baja estatura”), aunque tampoco podemos descartarlo… Quiero decir, el
hecho de que haya elegido una tecla de un piano y un libro para esconder
fragmentos de su alma no implica ni que sepa tocar dicho instrumento ni que se
haya leído dicho libro. ¿O no? ¡A las pruebas me remito!
Pero volviendo a lo que nos ocupa, Phoebe tiene un claro
punto a favor de cara a la filosofía erasmista: ha elegido la película Fantasía en VHS porque en la versión en
DVD de dicho filme la voz del narrador cambia. ¿A dónde queremos llegar con
esto? A que Phoebe sufre del denominado SÍNDROME
DE LA EXCITACIÓN AUDITIVA, que ya definimos pertinentemente en esta
entrada. Como bien sabéis (y si no lo sabéis, no sé qué hacéis que no
habéis abierto el anterior enlace), este síndrome es síntoma inequívoco de que
el paciente es propenso a padecer o que
directamente padece también el denominado Síndrome
del Chichinabesquismo Severo. Y esta circunstancia, desde luego, hermana al
paciente en cuestión con el colectivo escritor de La Catarsis, haciéndolo merecedor de una invitación a un mazapán y
a una Guinness. Pero eso es otro asunto…
Y os colamos en la entrada un fragmento de Fantasía porque sí, porque nos apetece.
Y por si quedan dudas con respecto a lo del Síndrome de la Excitación Auditiva (en adelante SEA), fijaos en que el macillo del piano que ha elegido es el del Mi más grave. Obviamente, si Phoebe prefiere las notas graves del piano a las notas agudas, también preferirá las voces graves y solemnes a las agudas y chillonas, por regla de tres. ¡Y que me aspen si el SEA está relacionado con voces de pito!
Pero basta ya de pseudo-análisis psicológico, vamos al
grano: ¿tiene futuro nuestra querida Phoebe como Mala Malísima? Huelga decir
que no, ya que sus horrocruxes dejan claro que Phoebe ES ABSOLUTAMENTE INOFENSIVA. ¿Qué genio maligno podría esconderse
tras un anillo de aguamarina o un dibujo de cumpleaños? ¡Ninguno!
Es más, si atendemos a la temática marítima que impera en
toda su lista (“anillo de aguaMARINA”, “paleta con un paisaje MARINO”) y le
sumamos la elección de una película de Disney como horrocrux, podríamos poner
la mano en el fuego y afirmar casi sin temor a equivocarnos que quien se
esconde detrás de esta lista no es sino la tatara-tatara-tatara-tatara (igual
me he pasado) nieta de la Sirenita.
¡Si en vez de un macillo del piano hubiera escogido un tenedor no habría cabido
duda al respecto!
Aunque bien es cierto que desde el principio sabemos que
todos estos sujetos son potenciales malvados, así que vamos a tener que buscarle
a Phoebe otra analogía (porque que sepamos, la Sirenita mala, lo que se dice
mala no era… aunque lo de saltarse a la torera las normas impuestas por papá
Tritón es un pelín de adolescente rebelde con pocos dedos de frente, pero qué
queréis, ¡estaba en la edad del pavo!). Por lo cual, sin abandonar la temática
marítima y teniendo en cuenta los aspectos musicales, semi-materialistas y
artísticos que vemos reflejados en esta lista de horrocruxes, el único Malo
Malísimo (¿?) al que Phoebe podría equipararse no es otro que Calamardo Tentáculos.
Mientras leéis esta entrada a Calamardo le pitan los oídos. |
CONCLUSIÓN: una
vez analizados los horrocruxes de nuestra amiga Phoebe, en lo que a grado de trastorno psicológico le damos
un…
3 = INTEGRIDAD MENTAL EN RIESGO
Nos debatíamos entre adjudicarle un 2 o un 3, pero
finalmente lo del Síndrome de la Excitación Auditiva le ha servido a Phoebe
para ganarse una (ligeramente) peor reputación mental. ¿Hay salvación posible
para ella? Nos tememos que… no, ya que presentar uno de los síntomas claves del
Síndrome del Chichinabesquismo Severo es bastante grave, aunque todavía el
individuo no muestre indicios de sufrir ningún otro síntoma relacionado con
dicho síndrome. ¿Qué recomendamos? Reducir las visitas a La Catarsis Erasmista a un máximo de una vez cada tres meses, y
sobre todo, NO PARTICIPAR EN LA VOTACIÓN DE LOS EMCs 2014 BAJO NINGÚN CONCEPTO.
¡Solo Ningirsu sabe qué clase de desajustes neuronales podría causar un Kit Stulto o incluso un Sir Mazapán de Consolación para Torpes
en un individuo de estas características!
Por otra parte, en lo que a sus probabilidades de éxito en caso de abrazar la vida de Malo Malísimo se
refiere, Phoebe se ha quedado en un…
2 = UN “QUIERO Y NO PUEDO”
¿Después de humillarla comparándola con la Sirenita le hemos
dado un 2 en lugar de un 1? Sí, amigos. Porque si nos paramos a considerarlo,
la elección de un “macillo” de un piano siempre puede acabar degenerando en la
elección de un “mazo” de proporciones mayores que tuviera efectos devastadores
similares a los del mazo/martillo/llamadlo como gustéis que te aparece como
ítem en las pantallas del Super Smash Bros (y que TOCA LAS NARICES QUE NO VEAS.
¡Anda que no me he caído veces de los escenarios por culpa de los dichosos
mazos…!)
Hasta Luigi armado con un mazo se convierte en el Mal personificado. |
Por no hablar de que “anillo de aguamarina” siempre podría
tratarse de una metáfora un poco cursi para referirse al Anillo Único, y que lo
de la Game Boy Advance deja ver cierto espíritu friki. Y, como ya hemos dicho,
los frikis –como los científicos– SON PELIGROSOS Y ACABARÁN APODERÁNDOSE DE LA
TIERRA. Así que cuidado con Phoebe, que puede que las apariencias engañen (un
poco, al menos; igual no es de las que dominan el mundo, pero siempre puede ser
de las que meten más aire que patatas en las bolsas de patatas fritas, o de las
que por las noches se dedican a esparcir piezas de Lego por los suelos de
vuestras casas para que cuando os levantéis descalzos piséis una y agonicéis
del dolor… ¡nunca se sabe!).
Y amigos, hasta aquí la primera entrega del Psicoanálisis Estulto no apto para Muggles
en La Catarsis Erasmista. Esperamos
que haya cumplido con las expectativas de nuestros lectores (y si no, os
instamos a seguir el sabio consejo
de Julián López), y que sirva para que os replanteéis qué objetos usaríais
como horrocruxes, así como el sentido de la vida y la muerte. Próximamente (¿cómo
de “próximamente”? ¡No se sabe! ¡Ahí está la gracia!) volveremos a la carga con
los Sujetos Número 3 y 4.
Hasta entonces, ¡que ustedes pasten bien!
Y recordad:
No esperéis recibir correo los domingos... ni ningún otro día, porque la preciosa costumbre de mandar cartas se ha perdido. ¡DESGRACIADOS, QUE SOIS UNOS DESGRACIADOS! |